En La Plata, muchos locales no esenciales abiertos y golpeados por la baja circulación

Las ventas cayeron de forma estrepitosa a pesar de que, agobiados, varios abrieron bajo estrictos protocolos o atienden desde la puerta

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Los números de casos positivos de Covid están por las nubes en el país y entre el temor al contagio y las restricciones dispuestas para frenar la circulación del virus se registra muy poca gente en las calles céntricas de la Ciudad y por consiguiente en los comercios que no son esenciales, abiertos la gran mayoría, pero con las ventas que en el segundo día hábil de las medidas de aislamiento social se han ido a pique.

Frente a un panorama que se hace cada vez más desolador, los comerciantes platenses deducen que el escaso movimiento en las ventas se debe al impacto de las restricciones sobre el transporte público, cuyo uso está limitado a aquellas personas consideradas trabajadoras esenciales y que trabaja con muy pocos pasajeros.

De acuerdo a informes ya publicados por este diario, mermó en una forma considerable la cantidad de pasajeros en el transporte público.

Luis, dueño de una mueblería, contó que “la circulación de gente bajó desde el fin de semana pasado; hay mucho menos movimiento, la gente tomó conciencia. Nosotros estamos tratando de trabajar como podemos. La situación es cada vez peor porque el comercio tiene los mismos gastos que el año pasado”.

Para el mueblero, la situación personal no es tan acuciante, según destacó, y eso por el hecho de que en su caso el local es propio. “Pero vemos que para la gente que está alquilando el panorama es caótico y el que tiene empleados peor todavía, porque la carga es mucho mayor”, indicó. En relación a las medidas sanitarias, en su caso con atención al público desde la puerta del local, apuntó que si bien se acatan las medidas, “la idiosincrasia nuestra, con un comercio barrial, marca que la gente se tiene que acercar”.

Por su parte, Fabiana, propietaria de una bicicletería, consignó que “volver a fase 1 para un comercio como este es complicado, porque la gente tiene que esperar en la puerta y no tiene tanta paciencia”. A pesar que se trata de un rubro que creció durante la cuarentena dijo que “hay días en que hay mucha incertidumbre, porque hay gente que si bien usa la bici para ir al trabajo en este momento no lo está haciendo”.

Asimismo, Carolina, al frente de un local de venta de ropa en el Centro Comercial de Calle 12, aseguró que “realmente hay un poco movimiento de gente, circula el que tiene permiso o el de cercanía, y la poquita gente que anda pregunta desde la puerta. Por momentos no hay movimiento de autos, hay un silencio tremendo. Miran desde la vidriera para ver si hay algún artículo. Algunos se arriesgan y se lo llevan sin probar, pero otros no se arriesgan y se pierde la venta como ocurre en la mayoría de los casos. Y vender por redes sociales no es lo mismo”.

También opinó Ramiro, titular de una zapatería. Según señaló, “las medidas influyeron para atrás porque no hay gente, no hay consumo. La gente no está comprando calzado”.

Ocurre que, coincidieron los comerciantes, a pesar de mantener los locales abiertos cumpliendo con los protocolos sanitarios establecidos las ventas han caído estrepitosamente por la escasa presencia de clientes en la vía pública.

Como se sabe, debido a los lineamientos sanitarios vigentes los comercios esenciales pueden recibir clientes dentro de los locales siempre que se apliquen los cuidados correspondientes, en tanto que los no esenciales deben cumplir con la modalidad de atención al público en la puerta. En tanto que los servicios gastronómicos sólo pueden funcionar mediante “take away” o “delivery” a fin de evitar la aglomeración de vecinos.

Las líneas de micros que operan en la Región y los servicios del tren Roca la baja de pasajeros es de más de 50 por ciento, lo que se traduce en una trompada para los comerciantes céntricos. A eso se suma la suspensión de las clases presenciales hace ya varias semanas y la merma de la actividad en las dependencias públicas.

Piden un S.O.S.

Desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), reclaman un auxilio financiero, impositivo y previsional para evitar el colapso de las pymes.

Según planteó la entidad, se sostiene personal inactivo por ser considerado vulnerable al coronavirus, a eso se suma una drástica caída de las ventas, que en algunos rubros superó el 30 por ciento en la comparación interanual, el incremento de costos por la inflación y hasta la creación de nuevos impuestos, como la tasa “covid” que cobran algunos municipios. “La supervivencia de las pymes se torna insostenible”, señaló el presidente de CAME, Gerardo Díaz Beltrán.

El titular de la confederación que nuclea a las pymes puntualizó: “el gobierno deberá plantear un plan de contingencia con suspensiones de todos los cargos impositivos, financieros, patronales y restablecer la Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP)”, al tiempo que pidió también que los gobernadores adopten medidas especiales para evitar el cierre de más empresas.

Según estimaciones de la entidad, las pymes movilizan el 70 por ciento del empleo privado del país y, por el impacto de la primera cuarentena estricta, CAME registró un cierre masivo de comercios que alcanzó a un 15.6 por ciento de los locales, que representan más de 90 mil comercios.

“Hay sectores terriblemente afectados que ya no tienen margen para reconvertirse ni mantener la actividad”, sostuvo Díaz Beltrán.

 

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