“Los Mitchell vs. las máquinas: un estreno animado con aires diferentes

De los creadores de “Lego” y “Spider-Man: un nuevo universo” llega una comedia familiar construida de una manera distinta a lo habitual

Edición Impresa

Por PEDRO GARAY

pgaray@eldia.com

Para comprender las imágenes de “La Familia Mitchell vs. las máquinas”, estrenada el viernes en la pantalla de Netflix que fusiona animación tradicional, 3D, estética fanzinera y lenguaje de redes sociales, hay que hacer un poco de historia. Hace rato que el paisaje de las películas animadas para toda la familia luce siempre igual: está Pixar, a la vanguardia, el estudio de animación de Disney, con sus versiones más edulcoradas de las historias inspiradoras que cuenta, y luego, varios estudios que intentan emular la fórmula del éxito. Y, como consecuencia, todas las películas se parecen: no tanto en cuanto sus historias, valores y temáticas (que, por otro lado, también ocurre) sino en cuanto a sus imágenes, sus texturas, esas formas tridimensionales y tersas que habilitó la animación por computadoras.

Una familia enfrenta el apocalipsis robot en una película con mucho de “Los Increíbles”

 

En medio de esta sucesión de películas similares, sin embargo, tímidamente Sony Animation empezó a probar cosas diferentes. El estudio había mezclado éxitos y fracasos, y mostrado personalidad en sus proyectos (como en la excelente “Hotel Transylvania”) pero siempre con las mencionadas fórmulas del rival, y parecía que su próximo proyecto iba por esos carriles, utilizando una vez más una propiedad intelectual con millones de seguidores (como hicieran con la película de los “Emoji”) para construir una película: ¿qué podía salir de un encargo corporativo como “La película de Lego”?

PEQUEÑO MILAGRO

Un pequeño milagro. Phil Lord y Chris Miller, dos de las voces cómicas más importantes de la actualidad, eran para 2014 los responsables de la saga “Jump Street”, pero habían nacido en los estudios de Sony animando la recordada “Lluvia de hamburguesas”: ellos tomaron el encargo de los Lego y convirtieron una publicidad de dos horas en un ejercicio de metaficción y autoconsciencia irreverente de gran corazón.

Y, en el camino, rompieron las reglas, al emular un estilo de animación stop-motion, más “físico” que artificial, en vez de apostar al típico estilo tridimensional que domina la animación desde “Toy Story” y “Shrek”. Cuatro años más tarde, la dupla encabezó “Spider-Man: un nuevo universo”, que a la vez renovó el agotado género superheroico y reescribió las reglas de lo que se puede expresar a través de la animación por computadoras, hibridando imágenes 2D y 3D, apostando a osados movimientos de cámara y homenajes al estilo de las historietas clásicas: más allá de las elecciones estéticas puntuales y rupturistas, la película destila personalidad. Es indeleble. Inolvidable.

Desde entonces, Sony reserva parte de su presupuesto para propuestas que jueguen un poco más allá de lo establecido: de allí surgió “La familia Mitchell vs. las máquinas”, nueva apuesta animada del estudio que llega a Netflix hoy, tras resignarse a no tener un paso por los cines.

LA TRAMA

Pero, ¿de qué va esta historia? Se trata de una comedia familiar de acción que enfrenta a una comedia a una familia ordinaria, los Mitchell, contra un apocalipsis robot. La historia comienza cuando Katie es aceptada en la escuela de cine de sus sueños: está ansiosa por escapar de su familia, pero su padre, quizás intentando no decir adiós tan rápido, propone que toda la familia atraviese el país para llevarla en auto a su neuvo destino. El problema: justo entonces se levantan las máquinas, desde los teléfonos celulares a las aspiradoras automáticas, gestando aventuras vertiginosas con puntos en común con “Los Increíbles”.

Dirigida por Michael Rianda (“Gravity Falls”), la película combina “las dos cosas que más amo en el mundo, mi familia excéntrica y los robots asesinos”, y tiene en su eje la relación que entablamos con la tecnología en el siglo XXI, con los chicos todo el día al teléfono y la ansiedad que eso provoca.

Pero está narrada atravesada por estas tecnologías: imágenes de redes sociales y filtros de Tik Tok, propios de la realidad aumentada que habita la juventud, se meten en la pantalla para narrar, de la misma manera que los videos de Katie, cineasta incipiente, también son parte de la animación: su mundo interior, fanzinero y comiquero, hermanado con las nuevas tecnologías para la creación, se vuelca en la pantalla. El resultado es una comedia que parecerá familiar al espectador, pero que ofrece una experiencia visual distinta, original.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE