Todo el horror, en un geriátrico trucho de Quilmes

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En el geriátrico del horror, los primeros efectivos que ingresaron se toparon con una escena desoladora: 14 adultos mayores mal alimentados, hacinados y dos de ellos atados, suciedad en todo el inmueble y camas apiñadas de tal manera que no se podía circular entre ellas. La Policía llegó a ese centro clandestino situado en el partido bonaerense de Quilmes, tras una denuncia que alertaba de las vejaciones a las que eran sometidas las personas allí alojadas. Sin embargo, esa terrible acusación era apenas la punta de un iceberg que se fue descubriendo con el correr de la investigación. El lugar, además de los maltratos comprobados, funcionaba sin habilitación de ningún tipo y fue clausurado.

TORTURAS Y HACINAMIENTO

Conforme informaron fuentes judiciales, el propietario del establecimiento, identificado como Juan Carlos Parada (53), había regenteado otro geriátrico que padeció cuatro clausuras por incumplimiento de distintas normas. Cuando cerró ese local, abrió otro en la calle La Guarda al 600 de la localidad quilmeña. Y, por lo visto, no cambió en nada sus formas. El allanamiento duró ocho horas y fue realizado por efectivos de la Policía bonaerense e inspectores del municipio en el marco de una denuncia por “abandono de persona” y abuso a los adultos mayores. En tanto, la investigación fue llevada a cabo por la fiscal Mariana Curra Zamaniego de la UFI N° 6 de Quilmes, tras la comparecencia de una mujer escandalizada que se acercó hasta la comisaría sexta y relató parte de lo que los agentes hallaron después en la vivienda particular ubicada que de forma solapada funcionaba como asilo.

Cuando entraron, los funcionarios encontraron a 14 adultos mayores “en malas condiciones de higiene”, revelaron los portavoces oficiales. Asimismo, advirtieron la falta de cumplimiento de medidas de seguridad y salubridad, alimentos en mal estado, medicamentos vencidos, entre otras irregularidades.

Por si eso fuera poco, el personal que se desempeñaba en el lugar tampoco cumplía con los requisitos mínimos para trabajar allí. No sólo que ninguno era enfermero, sino que ni siquiera tenían algún tipo de experiencia en cuidado de adultos mayores. Al punto de que una de las cuidadoras más nuevas “antes de llegar al geriátrico atendía una verdulería”, destacaron los investigadores.

La casa en la que funcionaba el asilo también tiene su historia. Es que la Policía sospecha que se trató de una adquisición “oscura” por parte de Parada. La dueña anterior es una de las personas rescatadas y el hombre se la habría comprado a la hija de ésta de forma inusual.

Fuentes de la investigación informaron que desde la comuna se contactaron con los familiares de algunas de las personas alojadas en el lugar para informar sobre la clausura del establecimiento y la necesidad de derivar a los adultos mayores, aunque otros no pudieron ser ubicados y por eso ayer volvió SAME Provincia para continuar con el operativo. Siete de los pacientes permanecen en la finca, esperando ser reubicados. Y uno de ellos, que no tenía familiares con quien poder comunicarse, fue trasladado al Hogar Municipal Ave Fénix de la Agencia de servicios de atención a la tercera edad, en Quilmes Oeste.

 

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