Alberto F. y la CGT: una buena y otra mala para los sindicatos

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La cúpula de la CGT cargó en sus alforjas una buena y una mala noticia luego del almuerzo que compartió con el presidente Alberto Fernández. No logró eco al pedido de colocar un hombre propio al frente de la Superintendencia de Servicios de Salud, un cargo estratégico para los sindicatos. Pero al menos se llevó el compromiso de que recibirá 11 mil millones de pesos que se destinarán a las obras sociales sindicales.

La CGT buscaba ocupar el lugar que dejó vacante Eugenio Zanarini al frente de la Superintendencia de Servicios de la Salud (SSS), el organismo descentralizado a cargo de controlar a las obras sociales. Y proponían a David Aruachan, un médico que oficia actualmente de gerente general de la SSS y que presidió la obra social de UPCN. Así, buscaban bloquear el posible regreso a la Superintendencia de la santacruceña Liliana Korenfeld, que responde a Cristina Kirchner y está hoy a cargo de la obra social del Congreso.

Pero finalmente, Alberto Fernández comunicó que el elegido es Daniel Alejandro López, amigo y ex socio de Ginés González García.

Otra de las inquietudes que llevaron los sindicatos encontró en cambio una respuesta oficial. Los gremios plantearon su preocupación por la falta de financiamiento del sistema de salud.

En la CGT aseguran que unas 30 obras sociales están en estado crítico, con una “inviabilidad absoluta”, y que el déficit mayor se dio por las coberturas de las prestaciones de alta complejidad. Estiman una pérdida del sistema de unos 1000 millones de pesos por mes.

El Presidente les dio una buena noticia: se comprometió a darles a las obras sociales unos 11.000 millones de pesos para compensar los gastos en educación y transporte del rubro discapacidad, que representa el mayor porcentaje de los gastos del sistema (casi un 37%).

 

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