“Luis Miguel. La Serie”: cómo terminó la temporada y hacia dónde podría ir la parte final
Edición Impresa | 1 de Junio de 2021 | 02:54

La temporada número 2 de “Luis Miguel. La Serie”, que terminó el domingo en la pantalla de Netflix, dejó un mensaje en su cierre: confirmada, de forma oficial, la largamente rumoreada tercera temporada. Un cartel que dice mucho: la segunda parte de la saga de romances, traiciones y canciones de Luismi, un culebrón invencible, impactó bastante menos que aquella primera entrega que enloqueció a la audiencia hace tres años y volvió a catapultar a su protagonista a la cima de la fama y los charts, en buena medida porque está construida como un segundo acto, un capítulo transicional que prepara el escenario para la tercera parte.
La primera parte, en cambio, fue pensada como una serie autoconclusiva: todos los caminos conducían en aquella tanda inicial de episodios a un solo conflicto, el que ataba a Luis Miguel, su padre Luis Rey, uno de los villanos televisivos más memorables de los últimos años, y la madre del artista, que era la representación del amor cuando la serie viajaba a la infancia del Rey Sol de México, pero que desaparecía, literalmente, cuando la historia se centraba en los meses previos a “Romance”. Lo que le había sucedido a Marcela Basteri era más que un enigma policial: era un misterio que latía en el corazón de Luismi, que lo desgarraba lentamente, que intoxicaba su relación con el trabajo, con sus hermanos, con sus amantes, con sus allegados. La primera temporada no cerraba aquel misterio, pero dejaba claro cuál era la hipótesis reinante sobre la desaparición de Basteri. Una hipótesis que dejaba poco hilo para cortar hacia adelante.
¿Cómo construir una segunda temporada tan impactante y cerrada como esa primera? No habría ya un enigma en el corazón del asunto; ya no habría lugar para relatar la historia de cómo Luis Miguel se convirtió en estrella, pero también en una persona desconfiada y rencorosa. La infancia es el momento fundacional de las personalidad, y más una infancia marcada por la violencia, pero esa parte de la historia ya estaba agotada. ¿Hacia dónde ir? El comienzo de la segunda temporada pareció que la serie no tenía respuestas: abrían diversas tramas, intentaban ir hacia varios momentos clave de la vida del artista (el accidente que le provocó tinnitus, la relación con su hermano Sergio y su hija Michelle) y salpicar todo de himnos generacionales, pero esas tramas no parecían cuajar como lo hacían las historias de la primera parte: parecía una temporada descentrada, sin eje. De hecho, la segunda parte careció de antagonista (apenas algunos villanos de turno dando vueltas), y muchos comenzaron a preguntarse si la serie no estaba construyendo el camino para que Luis Miguel, espejando actitudes de su propio padre, se estuviera convirtiendo en el villano de la serie, particularmente debido a las escenas en que Luismi, el rostro altanero, recibe y maltrata a sus visitas en una casa a media luz mientras bebe en soledad. Una decisión osada, si se explora en la tercera temporada, teniendo en cuenta que la serie de Netflix es una especie de biografía autorizada del cantante de “Suave”.
Sin embargo, en los últimos episodios pareció claro que el centro de la segunda parte radicaba en establecer cómo Luis Miguel se fue aislando: sin Hugo, se rodeó de obsecuentes y dejó que su alma se envenenase. La “traición” de su último amigo en el mundo es narrada en espejo con su propia traición, a su hija Michelle, en el pasado, desatando a Luismi de sus últimas conexiones sanas en el mundo. La temporada termina con el mexicano solo, solo en su mansión, solo en el mundo.
LO QUE PODRÍA VENIR
Es un recorrido más sutil que la corrupción que atraviesa el alma del joven Luismi durante la primera entrega, porque se trata, en realidad, de una temporada que construye el escenario para el final, al punto de que ambas temporadas fueron escritas en continuado y rodadas una detrás de otra. Con Luismi solo, casi villanesco, ¿hacia dónde irá ahora la historia?
Sabemos que terminó reconstruyendo su lazo con Michelle, aunque echó a su manager; batalló contra las adicciones, y tuvo también relaciones amorosas exitosas, dos hijos, renaceres y recaídas.
Hacia delante, es decir, después de 2007, punto donde termina la temporada, no parece haber demasiada tela para cortar (para colmo, su pareja por entonces, Aracely Arámbula, no permitió que se utilizara su nombre para la historia). Sin embargo, tras la grabación de “Aries” y “Segundo Romance”, el punto donde se terminan los flashbacks, vendrían los romances de Luismi con Daisy Fuentes (ya deslizado en la serie) y Mariah Carey: esas historias, las canciones y los años que llevaron al Luismi descorazonado de 1994 a convertirse en el hosco, solitario Luis Miguel de 2007, podría ser el centro de la tercera y última parte.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE