“Demon Slayer: El Tren Infinito”: la locomotora imparable del cine japonés llega a La Plata

Es la película más vista de la historia en Japón, un fenómeno generacional que algunos ya comparan con “Dragonball” y “Naruto”. El filme, que sigue la historia de la serie animada que se puede ver en Netflix, aterriza en salas el jueves

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La pandemia cerró los cines en todo el mundo y, a medida que fueron reabriendo, las salas encontraron que el público tenía cierto temor a volver. En medio de esa crisis profunda, una película animada japonesa se convirtió en la cinta más vista de la historia de su país: “Demon Slayer: El Tren Infinito”, una historia de cazadores de demonios y venganza ambientada en la era Taisho, batió todos los récords de taquilla en su país natal, y aterriza este jueves en los cines platenses, ya convertido en un fenómeno global gracias a la pantalla de Netflix, que transmite la serie, y al éxito de la historieta, que en Argentina publica Ivrea.

Es por ello que muchos señalan a la franquicia de “Demon Slayer” como el “shonen” de esta generación: shonen, que significa “chico” en japonés, es también la etiqueta que se le coloca a ciertas obras de animación (anime) e historietas (manga) japonesas que, por sus características (acción y vértigo, héroes masculinos), están destinadas a un público juvenil masculino. Por supuesto, hay contaminaciones, cruces de géneros entre el shonen, el shojo (para mujeres), el seinen (para adultos) y otros géneros, mil historias indefinidas entre los casi 4.000 anime que se producen año a año en la industria.

La etiqueta es una mera orientación demográfica, que tiene que ver, más que nada, con la revista en que se publica: “Demon Slayer”, el manga en que se basan la serie animada y la película, se publicó en la emblemática Shonen Jump, revista semanal que publica semanalmente episodios de sagas para los muchachos jóvenes. Por allí pasaron “Dragonball”, “Supercampeones”, “Los Caballeros del Zodíaco”, “One Piece” y “Naruto”, entre otras: el lector sabe lo que espera al comprar la Shonen Jump.

EL TAQUILLAZO

El manga de “Demon Slayer” llegó a su final, tras cuatro años y 23 volúmenes recopilatorios, en 2020: aquella historieta se convirtió primero en una serie animada que adapta los primeros seis volúmenes (que puede verse en Netflix), que relata los inicios de nuestro héroe, Tanjiro Kamado, un joven que es el sostén de su familia pero que un día regresa a casa para encontrar que todos han sido asesinados por un demonio. Todos, excepto su hermana, parcialmente convertida en demonio. Tanjiro se convierte así en un cazador de demonios mientras intenta convertir en humana otra vez a su hermana Nezuko.

La película que llega a los cines el jueves, “El Tren Infinito”, es una continuación directa de los acontecimientos del anime, adaptando los volúmenes 7 y 8 de la saga. Y ya hay una segunda temporada de la animación confirmada, claro, tras el taquillazo de la película en Japón: en plena pandemia, batió el record histórico de las boleterías del país del sol naciente, al recaudar 32.470 millones de yenes (casi 300 millones de dólares). La película desbancó a “El viaje de Chihiro”, clásico oscarizado del estudio Ghibli que, en su 20° aniversario, decidió en mayo volver a los cines para intentar recuperar el liderazgo, sin conseguirlo.

Para la psicóloga Yuka Ijima, profesora asociada en la Universidad Daito Bunka y autora de un libro sobre la franquicia, la fórmula del éxito del filme está en una adaptación a serie de animación (anime) “destacable” del estudio Ufotable, que se emitió en Japón en 2019.

“El estudio de animación hizo un trabajo fantástico. El manga tiene una sensación más oscura, con peleas muy intensas. En el anime es más glamoroso y las peleas se hacen más espectaculares”, explicó Ijima en una reciente sesión informativa sobre la película.

La historia, dice Ijima, es de por sí buena, con personajes, situaciones y problemas con los que se puede empatizar, a lo que se añade una acertada adaptación de la trama. “La autora del manga, Koyoharu Gotoge, hizo un buen retrato del amor fraternal, pero el anime lo destacó aún más para darle un efecto dramático”.

Tras su emisión en televisión, la serie llegó a plataformas como Netflix, donde el espectador puede verlas en cualquier momento. Entonces se produjo una situación inesperada que para Ijima fue clave para que se convirtiera en un fenómeno de masas: la pandemia.

“Al principio la veían los jóvenes, pero con la llegada de las restricciones, los adultos empezaron a verla también y los padres empezaron a compartir la experiencia con sus hijos”, explica.

FENÓMENO MANGA

La serie de animación adaptaba solo la primera parte de la historia, motivo por el cual el público no solo corrió a ver la película (cuyo estreno coincidió con el levantamiento de las restricciones tras meses de confinamiento): también salieron a comprar las historietas. Cuando el anime empezó a emitirse en Japón en abril de 2019, el número de copias vendidas era de 4,5 millones; cuando terminó medio año después, la cifra se había elevado a 12 millones. Para el estreno de la película en otoño de 2020, ya llevaba vendidos 80 millones de copias. Ahora, acumula ya 120 millones de copias vendidas, pasando a formar parte de un selecto grupo de 17 series de cómic nipones que han superado la barrera del centenar de millones de unidades.

Impulsado por el éxito de la historieta, el valor del mercado japonés de manga alcanzó el año pasado un nivel record de 612.600 millones de yenes (5.500 millones de dólares), un 23 % más que la cifra registrada en el año previo y la más elevada desde que estos datos empezaron a recopilarse en 1978.

Los 120 millones de volúmenes que vendió “Demon Slayer, algunos estimaron, significaban que había vendido diez veces más que toda la industria estadounidense de cómics en 2020: las cifras eran sesgadas, tomando todo el recorrido del manga (de un lustro) contra un solo año de historietas estadounidenses, y algunas cifras que no contemplaban la totalidad del mercado estadounidense o eran poco fiables. Sin embargo, hasta las mentiras que se dicen sobre uno dicen cosas: el hecho de que la versión haya sido creíble, y creída, habla del fenómeno imparable en que se ha convertido “Demon Slayer”.

 

Nº1
La película de “Demon Slayer” batió el record histórico de las boleterías japonesas, al recaudar 32.470 millones de yenes (casi 300 millones de dólares). La película desbancó a “El viaje de Chihiro”.
23%
Aumentaron las ventas de historietas en Japón, en 2020, gracias al éxito del manga de “Demon Slayer”.
120
MILLONES DE VOLÚMENES Vendió el manga de “Demon Slayer”, impulsado por la producción de la serie animada que se puede ver en Netflix.

 

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