Más de 100.000 muertos por Covid en Argentina: las historias y el duelo detrás de las cifras
Edición Impresa | 15 de Julio de 2021 | 02:22

Guillermo Abel Gómez había viajado a Francia para visitar a una de sus hijas. Volvió al país el 25 de febrero de 2020 y tres días después comenzó a sentir los primeros síntomas de una enfermedad de la que hablaba el mundo, el coronavirus, pero que en la Argentina no había sido hasta entonces más que una amenaza: tuvo fiebre y dolor de garganta. El 7 de marzo murió en el hospital Argerich, convirtiéndose en la primera víctima fatal del coronavirus en el país y en toda América Latina.
Paola Almirón pudo sobrevivir al coronavirus, pero la mayoría de sus allegados que habían sido internados en el mismo hospital que ella, no lo lograron.
Todavía con algunas secuelas físicas y un año después de asistir a los entierros de su madre, su hermana y su tía, Almirón se sintió más preparada para regresar al cementerio de las afueras de Buenos Aires donde descansan los restos de sus afectos. El martes honró con unas flores a las tres mujeres, quienes están entre las más de 100.000 víctimas que el coronavirus ha causado en Argentina desde que impactó en marzo de 2020.
“Falleció primero mi mamá, a los dos días mi hermana y a los tres días mi tía. Fue terrible ir al cementerio con mi hermano tres veces en una semana. Ir nosotros dos solitos a enterrar a nuestra familia”, dijo Almirón, de 38 años y supervisora de Enfermería en el Hospital Interzonal General de Agudos Luisa Cravena de Gandulfo en la localidad de Lomas de Zamora.
La pandemia impuso a la mayoría de las víctimas una muerte en soledad y a los deudos nuevas formas de vivir el duelo, lejos de los ritos tradicionales de despedida, tanto en la Argentina como en todo el mundo.
Así lo indica, por caso, la psicóloga platense Susana Machado García, quien destaca que “detrás de los números hay padres, abuelos, sobrinos, hermanos, esposas, hijos, muchos de los cuales se fueron sin poder ser despedidos”.
Según Machado García “esto hizo más difícil emocionalmente transitar el duelo. La angustia, la tristeza, la desesperación, el enojo, la irritabilidad, la ansiedad son síntomas que prevalecen ante la perdida irreparable e inesperada”.
Para la psicóloga, “estas pérdidas pueden haber ocurrido al mismo tiempo que otras en el marco de la pandemia -la del trabajo o cambios en el estilo de vida impuestos por el aislamiento- lo que puede complicar aún mas la situación o prolongar el sufrimiento y dilatar la capacidad de los deudos para adaptarse, aliviar el dolor y recuperarse”.
Para el antropólogo platense Héctor Lahitte, “la cifra de más de 100.000 muertos es abrumadora. Lo que más preocupa de esta pandemia que estamos viviendo es que nos hemos alejado mucho de la condición humana: a veces por salvar a un ser humano hemos dejado que muchas de las personas que padecieron el COVID hayan muerto en una soledad absoluta sin siquiera poder ver a sus seres queridos”.
La pandemia, agrega Lahitte, nos pone frente a una especie de extensión de la medicalización y la biologización de la vida” y “las consecuencias de esto en la sociedad se van a sentir todavía más cuando la crisis sanitaria quede atrás”.
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