Expectativa y emoción: historias de los adolescentes que se vacunaron en La Plata
Edición Impresa | 10 de Agosto de 2021 | 02:23

Volver a la escuela, reencontrarse con los abuelos o retomar algún deporte, fueron algunas de las actividades que sueñan retomar miles de adolescentes de La Plata que tienen factores de riesgo frente al coronavirus y ayer recibieron la primera dosis de la vacuna contra esa enfermedad, en los hospitales locales.
“Tener una vida un poco más normal”, fue la frase más recurrente cuando se les preguntó que deseaban tras vacunarse. Es que la mayoría de jóvenes, de entre 12 y 17 años, lleva casi un año y medio de cuidados extremos por temor al contagio y la vacuna les permitirá, por ejemplo, volver a compartir actividades con sus pares en los establecimientos educativos, centros deportivos y talleres.
En La Plata, la vacunación pediátrica se lleva a cabo en los hospitales Noel H. Sbarra, Elina de la Serna, San Juan de Dios, San Martín y el de Niños “Sor María Ludovica”. Aunque por momentos se observaron filas extensas, la jornada estuvo marcada por un clima de emoción y expectativa.
Entre los platenses que ayer recibieron la vacuna estuvo Dylan Schamberger, de 13 años que tiene inmunodeficiencia de la IGA y es asmático. “No tiene defensas, con lo cual se agarra cualquier virus. Hace un año y medio que está súper encerrado: sin clases presenciales, ni clases de básquet, que él hacía en el Club Capital Chica de Los Hornos, porque le hace muy bien a su enfermedad respiratoria”, contó su mamá, Gisela Di Giovani.
La mujer inscribió a su hijo ni bien se habilitó el registro y se emocionó al enterarse de que lo vacunarían en el Hospital de Niños. “A mi marido y a mí se nos caían las lágrimas”, comentó y añadió: “Lo bueno de todo esto es que cuando tenga el esquema completo, va a poder volver a la escuela a ver a sus amigos, en primer año de Nuestra Señora de la Misericordia. Extraña un montón. Habla con ellos por videollamadas, pero no es lo mismo”.
DóNDE INSCRIBIRSE
El Gobierno bonaerense precisó que 700 mil adolescentes se inscribieron hasta el momento en el portal oficial https://vacunatepba.gba.gob.ar/ para recibir su primera dosis, de los cuales 122 mil serán priorizados por tener comorbilidades.
Para la vacunación, los padres, madres, tutores o cuidadores de niños y niñas de 12 años deben firmar una declaración jurada que avale la registración.
El gobernador Axel Kicillof precisó días atrás que “la población de riesgo de entre 12 y 17 años, son 150 mil aproximadamente” y dijo que su administración apunta “a vacunar a los más de 120 mil inscriptos y a llamar a todos a que se anoten”.
Se trata de chicos priorizados por tener factores de riesgo frente al coronavirus
Para Gisela, la vacuna le va a cambiar la vida, aunque reconoció que “nos tenemos que seguir cuidando”. Lo mismo opinó Alfonsina Ferrara, de 17 años, que se vacunó ayer y contó que se descargó la App de Vacunate PNA “ni bien salió”.
“Tenía una ansiedad por poder anotarme cuando antes. Mi emoción cuando por fin me pude inscribir fue mucha, imaginen cuando me llegó el turno. Pegué un grito de emoción y se los mostré a mis papás. Que los más jóvenes ya no estemos vacunando habla de un Estado presente y un plan de vacunación funcional. Estoy muy contenta”, dijo.
“No tiene defensas, con lo cual se agarra cualquier virus. Hace un año y medio que está súper encerrado”
Gisela Di Giovani, Madre de Dylan S.
Para Joaquín Barba Navas, de 14 años, la vacunación no sólo lo protege a él, sino que “también protege a otros”. “Me bajé la aplicación en mi celu y con la ayuda de mi mamá completé todo. Estoy tranquilo y con la expectativa de que todo va a salir bien”, completó.
En tanto, el referente de la red VacunaMe y padre de Milagros, una adolescente de 16 años con parálisis cerebral, celebró el comienzo de la vacunación pero planteó que “ojalá hubiera sido antes”.
La joven, que se vacunará hoy, está en una silla de ruedas y, de acuerdo al testimonio de su padre, “hace un año que no hace terapias ni puede ir a un centro de día, por lo cual su salud empeoró”.
Soledad Pereyra, mamá de Matías (13), que tiene un mal genético y cromosómico, asociado a una parálisis cerebral, espera ansiosa la vacunación de su hijo, que será mañana. “Él tiene huesos muy laxos y sus primeros tres años de vida estuvo encerrado porque no tenía defensas. Luego tuvo muchas neumonías, tiene un botón gástrico y, como no camina, se maneja en silla de ruedas”, describió la mujer y apuntó que “en este año y medio no salió más que a la plaza del barrio a dar una vuelta y tomar sol”.
Matías asiste a 6to grado de la escuela María Montessori y, según contó su madre, “es súper sociable y extraña a sus amigos”, por lo que “apenas se habilitó la inscripción, lo anotamos para vacunarse”.
“Necesito que vuelva mínimo a algo de su vida normal. Ya tiene mucho encierro por sus condiciones de vida y esto nos mató a todos como familia. Tengo dos nenas más, una de 14 y la otra de 4. Yo trabajo en IOMA y estoy vacunada, pero hasta que él tenga su dosis, es todo un protocolo para no tráele a él el virus”, graficó.
Una de las cosas que más anhelan es el reencuentro con los abuelos, a los que no ve desde hace un año y medio.
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