Proyecto

Hoy. Mañana. El domingo con River. El miércoles con Lanús. Martini y Messera están a un partido perdido de dejar de ser los técnicos de Gimnasia. O que digan no va más. Tienen el boleto picado desde Vélez (0-5) cuando el Presidente les bajó el pulgar pero no tuvo respaldos internos para cortar el ciclo. Extrañamente, su idea va acompañada de una porción importante de los hinchas que los cuestionaron desde que empezó el torneo. Es innegable que el equipo no está bien. Allí, sus responsabilidades. También lo es el extraño mercado de pases, con el mejor jugador del último torneo y casi nada más. Llegadas tardías, lesiones, jugadores fuera de forma tapan un mercado low cost, saldos y retazos escondidos detrás del Pulga. Un 2. Un 5. Un 9. El refuerzo no ocupa ninguno de esos puestos. Suplentes y apuestas, para todos los demás lugares (y menos mal que Insaurralde saldrá bien) y la equivocada autopercepción de que Gimnasia es más que varios, que hay material, que un DT con experiencia (¿cómo Alfaro?), con espaldas (¿cómo Troglio?), que meta mano dura (¿cómo Ortíz?) o que sea audaz y vaya al frente (¿cómo Soso?) solucionará todo. Y así seguirán saltando fusibles (esa es su función), seguirá el círculo vicioso, no podrán apostar a otro interinato (el nuevo Indio no podrá ser, no se van a animar), si el DT tiene chapa le traerán a fin de año todo lo que le negaron a M&M (porque para el de afuera llegan los Goltz, mientras que al que patalea menos le tocan los Rivas o los Fratta) y Gimnasia seguirá perdiendo partidos, tiempo, gente valiosa. Campeonatos. Cuatro años, ocho meses, dieciocho días de decirle a Alfaro que sea ofensivo, de ganar tiempo con la dupla, de darle muebles nuvos y pretemporada en Cardales a Soso y no traerle refuerzos, de incinerar a Sava, de traer a regañadienmtes a Troglio y echarlo cuando pudieron, de darle el cargo a Ortíz para ganar el clásico, de Maradona (ahí sí, más de un millón de dólares en jugadores a préstamo para zafar), de manotear otra vez a la dupla ante la tragedia. Cuatro años, ocho meses, dieciocho días sin proyecto. Sin descensos. Sin mirar nunca la tabla de copas. Desarmando cada pocos meses lo poco que se tiene. Sin juveniles para jugar ya. Con refuerzos que seguirán los pasos de Barrales, tarde o temprano. Messera y Martini pasarán, como todos los nombrados, como Lobos, como Chirola, como Casamiquela. Y el hincha se ilusionará de nuevo, con otro DT, mientras el Club funciona como puede y tal vez algún dirigente se ilusione con seguir más allá de 2022. Sin proyecto. Sin proyecto. Sin proyecto. Sin...

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE