La economía mejora pero aún no supera los niveles de caída de 2020
Edición Impresa | 23 de Agosto de 2021 | 03:56

La economía de Argentina logró en el primer semestre una mejora interanual del 9,7 por ciento, pero los niveles de actividad están aún lejos de recuperar todo el terreno perdido el año pasado, cuando la ya golpeada economía del país suramericano sufrió el embate de la pandemia de covid-19.
Según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la actividad económica experimentó en junio pasado un crecimiento del 10,8 por ciento en comparación con el mismo mes de 2020, la cuarta subida interanual tras 19 meses consecutivos en baja.
Este dato, sin embargo, debe interpretarse a partir de una base de comparación muy pobre, ya que en junio de 2020 la actividad económica había caído el 11,6 por ciento, muy afectada aún por las fuertes restricciones sanitarias impuestas por el Gobierno de Alberto Fernández ante la irrupción de la pandemia.
Por otra parte, el informe oficial indica que en junio la economía argentina avanzó el 2,5 por ciento en comparación con mayo, quebrando así la tendencia de estancamiento que se venía registrando desde febrero último.
En este caso, la mejora se explica por el relajamiento progresivo de las restricciones que se habían impuesto en mayo ante la segunda ola de Covid-19.
El saldo del primer semestre deja, según analistas, por tanto una lectura doble: hubo una mejora, pero con recuperación a tasas muy inferiores a las vistas en la segunda mitad de 2020 y la economía está todavía lejos de recuperarse totalmente del desplome del 9,9 por ciento registrada el año pasado y, menos aún, de la recesión que se había iniciado en 2018.
“El rebote que se había dado en el tercer trimestre de 2020 se desaceleró hasta amesetarse. Esto se ve incluso en la industria y la construcción, si bien son los dos sectores que más se mueven”, dijo a Efe Leonardo Piazza, director de la consultora LP Consulting.
Para el consultor, “lo que se está recuperando de la economía es por la inercia tras haber caído tanto y de que algunos sector económicos, fundamentalmente los más castigados, pudieron volver a ponerse en movimiento y a facturar”.
“Pero no se ve creación de empleo registrado ni de empresas formales. Y al no tener una macroeconomía organizada, hay una economía totalmente encorsetada que no permite que vengan inversiones”, apuntó.
ENTRE EL DESCONFINAMIENTO Y LA TERCERA OLA
Distintos indicadores sectoriales, como en el caso de la industria y la construcción ya muestran que hubo mejores niveles de actividad en julio y, previsiblemente, en agosto, a la par que la campaña de vacunación avanza en Argentina y que una mejor situación epidemiológica ha permitido dejar atrás muchas restricciones sanitarias.
Este escenario ha alentado al Gobierno a elevar al alza sus proyecciones de crecimiento para este año a entre un 7 por ciento y un 8 por ciento, desde una meta presupuestaria original del 5,5 por ciento.
También los economistas privados han revisado al alza sus pronósticos de recuperación económica hasta el 6,8 por ciento, de acuerdo con el último sondeo mensual realizado por el Banco Central.
“Las perspectivas sobre la actividad económica se mantienen en fase de recuperación aunque en un nivel menor al de la profundidad de la caída durante el año pasado. A su vez, la consolidación de esta dinámica dependerá de una eventual tercera ola de contagios”, observó el economista Martín Calveira, de la IAE Business School de la Universidad Austral.
Mientras, los factores de incertidumbre están latentes y no solo por la situación sanitaria.
Las tensiones cambiarias suelen incrementarse en tiempos electorales en Argentina, que celebrará primarias en septiembre y legislativas en noviembre.
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