Todos los caminos conducen al dólar
Edición Impresa | 23 de Agosto de 2021 | 04:16

Ricardo Rosales
prensa.rosalesr@gmail.com
En medio de la incertidumbre económica y electoral, y una infinidad de temas que se postergan para después de los comicios de mediados de noviembre próximo, las preocupaciones en el gobierno de Alberto Fernández y en los sectores privados se resumen en un solo interrogante: ¿qué ocurrirá con el dólar? Fotos, polémicas, internas, y temores variados empujan a una dolarización acelerada en la sociedad, que se redoblan con el endurecimiento del cepo cambiario y otros aspectos macro, como la bajante del Paraná, el menor precio de la soja o el descenso en exportaciones, todos caminos que conducen a la pregunta de cuánto más subirá la cotización de la moneda de EE UU, si habrá una devaluación controlada o no y que economía surgirá de esos nuevos precios.
El segundo tema reiterativo es si habrá o no acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) después de la elección legislativa y si realmente ese programa logrará estabilizar el precio del dólar, bajar la inflación y recuperar los ingresos de la sociedad, alentando el crecimiento económico. Aunque hoy, la política y la campaña ocupa toda la atención y no hay certeza de casi nada, queda la esperanza que después de noviembre se resuelva la negociación con el organismo internacional. Todas son especulaciones y escenarios que se construyen sobre distintos supuestos, sin respuestas definitivas con la credibilidad en los niveles más bajos imaginados. En los negocios y las finanzas se percibe mucha inquietud y asombro por tanta interna en el Gobierno y la oposición, tanto desgaste del oficialismo y la ausencia de un rumbo económico.
La continuidad del ministro Martín Guzmán es parte de los interrogantes, ya que buena parte del mercado supone que está en “capilla” y que su permanencia depende en gran parte del resultado electoral, que logre mantener el precio del dólar sin sobresaltos y encaminar el acuerdo con el FMI hacia una versión ligth, sin demasiados compromisos fiscales para la Argentina. Las versiones abundan sobre las intenciones del kirchnerismo duro de tomar el control del gobierno de Alberto F., en particular del área económica, colocando a uno de los suyos (sería un economista cercano a Axel Kicillof), versiones que han trascendido a los bancos de inversión y el departamento del Tesoro de Washington DC, que siguen el caso argentino.
Pero como se indicó más arriba, la credibilidad del Gobierno con mensajes contradictorios, atizan las enormes dudas. Así son leídas las últimas declaraciones de la vicejefe de Gabinete, Cecilia Todesca, que abre nuevas dudas sobre un hipotético acuerdo rápido con el FMI luego de los comicios. “El objetivo que tenemos –dijo- es que el programa que nosotros firmemos con el Fondo sea un programa que le permita a la Argentina crecer. Será ese o no será. Si no, la Argentina no va a crecer y entonces tampoco va a poder devolver lo que debe. Hay un punto en el que vamos a tener que ponernos de acuerdo”. Puede que sea solo una más de otra declaración electoral, aunque también podría estar reflejando una realidad: a pesar del tiempo transcurrido, el Gobierno no llega aún a puntos básicos de acuerdo con el FMI. No hay nada en concreto, más allá de la voluntad de las partes de negociar. Esa sería la dura realidad, todo lo demás son especulaciones o expresiones de deseo.
Mañana es un día especial para las reservas del Banco Central. Está previsto que el FMI distribuya entre todos sus países miembro alrededor de US$ 650.000 millones en concepto de derechos especiales de giro (DEG), la moneda del organismo multilateral, en el que la Argentina recibirá unos U$S 4.355 millones. Es el segundo evento imprevisto que permite a la administración de Alberto F. transitar el año 2021sin que se hayan agotado las reservas internacionales. El primer “maná del cielo” fue el salto del precio de la soja debido a la pandemia, por encima de los 600 dólares la tonelada. Por estos dos eventos, el Banco Central habría recibido más de U$S 11/12.000 millones este año que no estaban en los cálculos de nadie, sin embargo hacia diciembre se calcula que las reservas líquidas habrán llegado a niveles mínimos.
La Argentina no tendría dólares suficientes hacia principios del año próximo para afrontar los compromisos de deuda, incluso de aquellos como el del Club de París que fue prorrogado por tercera vez hasta fines de marzo. También serían escasas para abastecer las actividades productivas. El súper cepo, acentuado la última semana por el Banco Central, se propone ahorrar dólares para intervenir en el mercado del MEP y CLL (dólar bolsa y Contado con Liquidación), además de evitar se escape la cotización de los dólares financieros. De todas maneras y sin quererlo, modifica los puntos de referencia de la dolarización: con las recientes restricciones cambiarias implementadas por el Banco Central, que redujeron al mínimo el MEP y CCL, los precios relevantes del dólar serán ahora el blue o el SENEBI (mercados en donde es muy difícil intervenir).
En el corto plazo, los operadores en el mercado siguen calculando una brecha con el dólar oficial que se mantendrá cerca del 90% (o incluso más) y una disparidad que se ampliaría en alrededor del 25% con la inflación a lo largo del año: la actualización del oficial es del 1% mientras los precios crecen al 3%. Con la debilidad estructural de las reservas internacionales, son pocos los especialistas que no prevén un salto del dólar luego de los comicios de noviembre: con esos cálculos en mente, imaginan que el oficial tendría que devaluarse mensualmente entre 3% a 4% por encima de la inflación hacia fin de año o recurrir a un maxi ajuste único. La última licitación en pesos, con fuerte alza de la tasa de interés para los bonos con vencimientos a muy corto plazo, más otro menú con los bonos link (atados al dólar), es otra señal clara de que no hay otra apuesta en el mercado: un salto cambiario sería inevitable.
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