Un barrio de Villa Elisa, “descolgado” de la realidad

La zona afectada abarca unas seis cuadras por la calle 405 entre Camino Belgrano y 134. La empresa, no da soluciones

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Unas 50 familias de Villa Elisa parecen estar en la isla desierta de Lost, totalmente incomunicadas del mundo exterior. Pero en este caso no se trata de una serie de Netflix o de una película de ciencia ficción. Es una terrible realidad, bien palpable y tangible, que se registra desde hace casi tres meses por la falta de telefonía fija y banda ancha para internet.

El robo de cables es el problema que dejó a los vecinos aislados y descolgados de la realidad.

En tiempos de pandemia y virtualidad, donde mucho de lo cotidiano pasa por la conexión a distancia, no tener esos servicios, por los que se paga un dinero importante, le complica la vida a cualquiera.

La zona afectada abarca una seis cuadras por la calle 405 entre Camino General Belgrano y 134. Pero también hay falta de conectividad en 24 entre 403 y 405 y otros sectores aledaños.

Ya hubo múltiples reclamos, pero la empresa denunciada, Movistar, ensayó una respuesta que para muchos suena a burla.

“Te dan dos opciones. O contratás telefonía fija a través de un sistema digital sin internet, que es malísimo y no aconsejable, o tenés que dar de baja directamente a la línea. El gran inconveniente que tenemos es que no hay otras prestatarias que hayan cableado el sector. Estamos contra la espada y la pared”, aseguró un frentista.

Al parecer, desde Movistar dicen que los robos fueron tantos, que se le hace inviable seguir reponiendo el cableado de cobre, muy buscado para revender en el mercado negro de metales.

“Tampoco estarían pensando en un sistema subterráneo de fibra óptica, lo que no nos deja mucho margen de maniobra. O hacemos lo que ellos quieren o seguimos fuera del sistema”, bramó otro residente del barrio.

“Consideramos que los usuarios no son los responsables de la situación y exigimos que, a la brevedad, repongan el servicio, para el cual cobran y bastante. Ni siquiera en las boletas vemos que se dignen a descontar los días que llevamos sin poder usar el teléfono fijo o internet”, agregó.

“Como usuarios no debemos dejar que nos avasallen de semejante manera, porque tenemos derecho a reclamar y, ellos como responsables del servicio, a darnos lo que tenemos contratado. Lo que sucede con los cables no es tema nuestro. Que paguen un seguro que los cubra o que hablen con las autoridades policiales para que controlen un poco más la seguridad, que dicho sea de paso, es un desastre”, concluyó.

TRES VECES EN CASI TRES MESES

El primer corte por el robo de cables fue el 25 de julio. Los repusieron y volvió todo a la normalidad, aunque duró poco y nada, ya que a mediados de agosto, otra vez desapareció buena parte del cableado.

“Nos volvieron a conectar y, hace unos días, de nuevo sin nada. La verdad, ya estoy pensando en mudarme. Tengo que alquilar una oficina en City Bell para poder trabajar. Esto es insostenible”, se quejó Andrea.

 

 

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