China y el Instituto de Wuhan intentaron ocultar el COVID-19: las pruebas que lo confirman
| 27 de Septiembre de 2021 | 18:48

Correos electrónicos intercambiados entre el Instituto de Virología de Wuhan, señalado como uno de los sitios donde pudo originarse el coronavirus, y el Gobierno del presidente Xi Jinping, probaría que obstaculizaron la entrega de muestras del SARS-CoV-2 a científicos estadounidenses, lo que provocó demoras decisivas cuando apareció la enfermedad y que, de haberse evitado, habría sido clave para evitar la propagación global del virus.
Se trata de una serie de correos intercambiados entre los científicos del Laboratorio Nacional de Galveston en Texas y los científicos del Instituto de Virología de Wuhan que habían ayudado a capacitar. Según el periódico, el laboratorio estadounidense esperó por días mientras un científico de Wuhan que supervisaba la transferencia del virus informaba escaso progreso en un proceso que parecía obstaculizado por la necesidad de la aprobación del régimen chino.
Expertos con conocimiento sobre los documentos dijeron que la demora significó una grave pérdida de tiempo en las primeras fases de la pandemia y que evidenció la renuencia de China a compartir el material en los primeros días críticos de la pandemia.
James Le Duc, el entonces director del laboratorio de Texas, advirtió a sus homólogos chinos que los retrasos en la entrega de información podrían dañar la posición internacional de China y privar a los científicos de material para desarrollar investigaciones.
“Estás en una posición muy desafiante y estás haciendo un gran trabajo. Sin embargo, recomendaría que organicen e implementen rápidamente una forma de compartir los aislamientos de [virus] de referencia”, escribió Le Duc en un correo electrónico del 22 de enero a Yuan Zhiming, director del laboratorio de Wuhan.
“Con casos que ocurren fuera de China, otros pronto tendrán sus propios aislamientos y China habrá perdido la oportunidad de liderazgo... Y si comienzan a aparecer publicaciones científicas de investigadores chinos sin que el mundo tenga acceso independiente a una cepa, es probable que China sea muy criticada”, agregó.
Otro punto que alimentó las sospechas fue la cronología de la secuenciación del virus. Los científicos chinos compartieron la secuencia del SARS-CoV-2, un código de texto con los componentes genéticos, a menos de dos semanas después de que las autoridades de salud de Wuhan lanzaron la alarma sobre un brote sospechoso.
Los funcionarios chinos compartieron el genoma con la Organización Mundial de la Salud (OMS) diez días después de que el Instituto de Virología de Wuhan lo secuenciara por primera vez, el 2 de enero.
Un acceso temprano al patógeno es clave para los kits de diagnóstico y el desarrollo de medicamentos y vacunas.
Según los correos, los científicos de Texas enviaron documentos oficiales para solicitar el envío de una muestra de Wuhan el 28 de enero, pero pasaron días y se volvió un trámite burocrático que pasó por la oficina de aduanas de Wuhan a la Administración General de Aduanas en Beijing y a la Oficina General del Consejo de Estado.
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