Una chica denunció una brutal historia de encierro, golpes y abuso en Berisso

El agresor huyó cuando la Policía fue a rescatar a la víctima, que terminó en el hospital Larrain con casi 30 heridas cortantes

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Una joven de 17 años denunció haber estado en el infierno. La historia nada tiene que ver con cuestiones místicas o religiosas. Lo suyo fue palpable, tangible. Un caso espeluznante, que ocurrió en Berisso.

De acuerdo a fuentes policiales, en su propia vivienda situada entre el Cementerio de esa ciudad y la Avenida Río de La Plata (se omiten otros detalles para preservar su identidad), la expareja la mantuvo encerrada en contra de su voluntad.

En esas circunstancias, sin poder escapar ni pedir auxilio, ya que le quitó su teléfono celular, sufrió maltrato físico y psicológico. También un abuso sexual.

El acusado del salvaje ataque tiene 31 años y ahora es buscado intensamente por la Policía.

Está identificado y ya montaron un cerco en los lugares que solía frecuentar. “Tarde o temprano, caerá”, se esperanzan los investigadores.

La causa, por “lesiones calificadas por el género, privación ilegítima de la libertad, robo y abuso sexual”, recayó en la fiscalía de Álvaro Garganta, que ya impartió distintas directivas para activar la pesquisa.

El pedido de ayuda fue emitido por una amiga de la víctima, que habría ido ocasionalmente de visita al domicilio.

En ese momento y, ante la segura aparición de los patrulleros, el hombre escapó a través de una ventana y se alejó corriendo con rumbo desconocido.

Entre el cuerpo y el cuero cabelludo, a la joven le contaron casi 30 lesiones cortantes

 

Al cierre de esta edición, su paradero era una misterio, aunque seguían los rastrillajes en procura de lograr su captura.

La imputación es muy grave y prevé una pena de varios años en la cárcel.

La chica fue asistida por el personal del Comando de Patrulla local, que al percatarse de que presentaba diversas heridas cortantes, la trasladó al hospital Larrain, en estado de shock.

Voceros del caso explicaron que, más allá del susto y la angustia, la joven no corría peligro alguno.

Las lesiones fueron producto del empleo de un elemento punzante, aunque serían superficiales.

Igual asustó la cantidad. Los médicos que la revisaron y le practicaron las curaciones de rigor, contabilizaron casi 30 repartidas en distintas partes del cuerpo y cuero cabelludo.

TENÍA PULSERA ELECTRÓNICA

Trascendió que el violento llevaba colocada una pulsera electrónica en el marco de una causa por violencia de género, que presuntamente le inició su anterior pareja.

A la menor de 17 años la había conocido hacía solo un mes.

Ambos son de nacionalidad paraguaya.

La víctima aclaró que era la primera vez que ejercía violencia sobre ella.

En el barrio hay conmoción y mucho miedo.

 

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