Hotel sin agua y con mucho ruido

La estadía del seleccionado de Argentina en Chile estuvo plagada de situaciones incómodas, porque desde que la delegación aterrizó en el aeropuerto de Calama, los episodios se sucedieron.

Los controles sanitarios se apegaron a los protocolos por el Covid-19, y eran esperados, pero no así que hasta hubiera perros entrenados para revisar los equipajes.

Lo ocurrido determinó una demora que superó los límites imaginados, lo cual fue registrado por algunos integrantes del equipo albiceleste que luego lo hizo público a través de las redes sociales.

En respuesta a lo anterior, el ministro del Interior chileno, Rodrigo Delgado, reclamó “un poco más de respeto” después de los mensajes publicados por algunos jugadores en redes sociales por las demoras de los controles en el aeropuerto de la ciudad de Calama.

Lejos estuvo el clima de ser el mejor para los argentinos en un traslado que empezó siendo accidentado por casos de coronavirus que causaron bajas, entre ellas la de Lionel Scaloni, el entrenador.

Y después de lo referido, que en la noche del miércoles retrasó la llegada del equipo argentino al Hotel Diego de Almagro, en el centro de Calama, las horas previas al partido de anoche no fueron mejores.

En la concentración se produjo un inexplicable corte de agua, cada media hora se hicieron sonar sirenas dentro del estadio, cuyo sonido llegó nítido hasta el hotel, y las pruebas de sonido se repitieron en las primeras horas de la tarde, momento que estaba previsto para el descanso de los futbolistas.

El equipo de Argentina fue preparado para soportar contratiempos, pero no a este límite.