Crecen las presiones para desplazar a Berni y sonó un nombre, pero Kicillof lo banca

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Axel Kicillof resiste la embestida interna y externa para desplazar a su ministro de Seguridad, Sergio Berni. La cabeza del funcionario es pedida en el peronismo bonaerense, esencialmente los intendentes del Conurbano, bajo el fulminante argumento de que la escalada de robos, asesinatos y violencia en general en sus distritos asoma como una de las cuestiones irresueltas que dificulta el éxito electoral de cualquier construcción política de corte oficialista, aunque subrayan que el grave problema involucra cuestiones sociales y decisiones judiciales que escapan a la esfera de lo policial. El otro factor decisivo es la economía, claro, pero que no depende el gobierno provincial y de eso es mejor no hablar, como optó por hacer Cristina en el acto en el Estadio Único.

Un reciente informe periodístico que reveló supuestas propiedades de Berni y su esposa, la diputada nacional Agustina Propato en el sur del país, cebó a la tropa peronista para acelerar un reclamo histórico al Gobernador: la salida del médico y militar, que no ha congeniado en nada con los alcaldes, tanto del peronismo como de la oposición.

 

“Sólo rumores. Estuve trabajando hasta anoche con el Gobernador”, dijo Berni

Carlos Barolo

 

Es largo el talonario de facturas que le pasan a Berni: desde el desmantelamiento total de las policías locales al desplazamiento de los intendentes en las decisiones respecto a las autoridades policiales que son designadas en cada municipio, pasando por la falta de recursos efectivos.

Este último dato, el de la exclusión de los alcaldes, es importante: en muchos casos, y aparentemente para acrecentar su poder, Berni terminó con aquella vieja costumbre de que la Provincia consensuara con los jefes comunales el nombre de los comisarios que manejan la seguridad en cada distrito, que muchas veces era más una propuesta del intendente al ministerio provincial que al revés.

DENUNCIA PENAL

Aquel informe televisivo contra Berni, que el ministro definió como “una operación periodística”, generó una posterior denuncia penal presentada por legisladores de la Coalición Cívica, que lo acusan de enriquecimiento ilícito. “Es una mancha a la gestión provincial”, comentan maliciosos en las comunas.

Pero Axel no da el brazo a torcer. Por un lado, porque defiende la gestión de su funcionario, no tanto porque sienta por él empatía personal sino porque le ha servido como escudo político: Berni, en efecto, absorbe personalmente todo lo relacionado a los problemas de inseguridad, liberando al Gobernador de apariciones incómodas cuando hay algún episodio álgido. Por otro lado,

en la Casa de Gobierno sostienen que nadie ha propuesto un nombre de algún reconocido especialista en el tema o con experiencia en la conducción de una fuerza como la Bonaerense.

En ámbitos políticos ha trascendido el nombre del ministro de Justicia, Julio Alak, como eventual reemplazante, o bien fusionando su actual cartera con Seguridad o bien trasladándolo al sillón de Berni. Pero allegados al exintendente desmintieron rotundamente la versión.

Pero si, en cierta forma, los rumores sobre Alak salen de algunos despachos de la Gobernación es porque a Kicillof le sirven mientras dure la indefinición. Es que, dentro de la dinámica del peronismo provincial, el nombre de Alak no puede imputarse como una posible conquista de la logia de intendentes que comanda el lomense Martín Insaurralde, actual jefe de Gabinete, donde verían con más agrado a colegas como Ariel Sujarchuk (Escobar) o Mariano Cascallares (Almirante Brown). En todo caso, el ex jefe comunal platense está más ligado a Cristina, de quien fue ministro.

Pero, además, Kicillof se ha tomado la embestida para sacar a Berni como una pelea casi personal contra los grandes medios de comunicación que le dieron amplia cobertura al episodio de las supuestas propiedades no declaradas y a quienes sindica como motores de la idea de la salida del ministro o, en todo caso, de ser funcionales a los que la impulsan desde la política, explican cerca suyo.

“MI PATRIMONIO ESTÁ A LA VISTA”

“Sólo rumores. Estuve trabajando hasta anoche con el Gobernador”, dijo ayer Berni sobre su eventual alejamiento. Fue durante una visita al interior provincial. “Todo mi patrimonio, a diferencia de muchos, está a la vista. He sido blanco de una operación de prensa. No es la primera vez. Ya me lo hicieron en 2015. Bienvenido el adelantamiento del año electoral. Yo soy un actor de la política”, ironizó sobre las versiones que terminaron en denuncia.

En el mismo acto en el Estadio Único, la Vicepresidenta reclamó en un mensaje elíptico al gobierno nacional, la intervención masiva de gendarmes en el Conurbano, como sucedía durante su gestión presidencial. Berni era, precisamente, el encargado operativo de concretar ese refuerzo en las calles del GBA porque piloteaba el área.

Sergio Berni

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