El jurado popular declaró culpable a los acusados de torturar y asesinar a un abogado en City Bell
Edición Impresa | 4 de Noviembre de 2022 | 02:28

Después de siete años, el crimen del Miguel Ángel Gómez tuvo finalmente una resolución, luego de que un jurado popular condenara a prisión perpetua a los dos acusados de asesinar a golpes al abogado en noviembre del 2015, en su casa de City Bell, para luego descartar su cuerpo en un descampado.
Tanto la ex pareja de la víctima, Marina Paola Irala, como su amante Cristian David Olguín, fueron declarados culpables del delito de “homicidio agravado”.
El veredicto se dio a conocer en las últimas horas, el cual deberá ser confirmado por el juez titular del Tribunal Nº 2 de La Plata, Claudio Bernard, quien estuvo presente durante todo el proceso.
Durante la jornada de ayer, los 12 jueces hicieron lugar al pedido de la fiscal de juicio Helena de la Cruz, que entendió que los acusados incurrieron en un grave delito, por el cual deberán purgar una pena de prisión perpetua. De esta forma, por primera vez en la historia, un jurado popular de la Justicia platense aplicará la máxima pena del Código Penal.
GOLPES, QUEMADURAS Y SAÑA
“Fue un crimen a sangre fría, con premeditación, con mucha saña, tal como les anticipé en los lineamientos previos al inicio del debate”, manifestó De la Cruz durante su alegato.
Además, tomó en cuenta un mensaje de WhatsApp enviado por Irala a Olguín, a la misma hora que Gómez era asesinado, el cual decía “dale de comer al perro y dejá la puerta abierta, por si las moscas”.
De la Cruz relató cómo fue la mecánica del crimen e incluyó a un tercero: “Olguín entró a la casa con su secuaz hasta hoy desconocido, atacaron a Miguel, lo atontaron con el primer golpe, no tuvo posibilidad de defensa. También lo quemaron con agua hirviendo y golpearon salvajemente con un hacha”.
A su turno, el abogado del particular damnificado, Julio Beley, acompañó la acusación de la fiscal y destacó su “profesionalismo”, así como también el trabajo de la funcionaria de instrucción, Virginia Bravo.
Sostuvo además que, tras el crimen, el cuerpo de su colega “hablaba”, ya que el mismo “tenía heridas, hemorragias y mostraba ensañamiento”.
Por último, Beley señaló que se trató de “una venganza” por parte de Olguín por “haberle quitado la pareja”.
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