Por la sequía y las heladas tardías calculan pérdidas en el campo por 2.500 millones de dólares
| 8 de Noviembre de 2022 | 10:34

El factor climatológico no le está jugando una buena pasada al campo y consecuentemente también a la necesitada de dólares economía argentina.
La sequía, que otra vez dice presente, y las heladas tardías ya han afectado la producción del trigo y la cebada, pérdidas estimadas en torno a los 2.500 millones de dólares, están empezando a condicionar la plantación de soja y maíz y dificultan también la actividad ganadera.
La falta de lluvias en el centro y norte de Buenos Aires, centro y sur de Santa Fe y el este de Córdoba, corazón productivo, está impactando en lo que será la campaña 2022/2023 a tal punto que hasta ahora se calcula una caída del 35% respecto de la campaña anterior, algo que traducido en dinero calculan en unos 1.500 millones de dólares menos de ingresos.
Pero la cifra podría ser aún mayor, según el Movimiento CREA, que agrupa a los empresarios del agro, que proyectan una caída de unos 2.500 millones de dólares sólo por la deficiente producción de trigo y cebada. Al bajo rendimiento se le suma la calidad, algo por lo que no pocos comenzaron a utilizarlo como alimento para los animales.
Como si fuera poco, la carencia de agua no sólo afecta lo ya plantado y a la espera de la cosecha, sino también lo que se va a sembrar, como la soja y el maíz, los principales aportantes de divisas al país a través de las exportaciones. Es que los suelos no tienen la humedad necesaria para las siembras tempranas. Como muestra sirve el dato que en la región núcleo se lleva sembrado apenas el 5% del área proyectada, cuando hace un año la siembra era el 50% de esa misma superficie.
Esto también va a pegar de lleno en el ingreso de divisas y consecuentemente en la recaudación que el Estado obtiene a través del campo.
Estas adversidades tienen su correlato en la ganadería, que se encuentra en una situación "crítica", según indicaron desde CARBAP, ya que no hay pasto para alimentar a la hacienda y por eso algunos productores recurren a lo sembrado que ya saben no será de buena calidad.
Como si fuera poco, un mercado interno en retirada y un proceso recesivo en Europa y China también hacen lo suyo, al igual que los precios, que a diferencia de otras oportunidades esta vez no subieron al ritmo de la inflación por lo que se encuentran ciertamente desfasados.
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