Nada más duro que la realidad: los conflictos ganan terreno en la Región

Se sabe que la crispación social está a la orden del día y que cualquier situación genera enfrentamientos, incluso con armas. Dentro de ese grave contexto, los episodios de género ganan espacio y acumulan causas en la Justicia

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Son tiempos de furia, de crispación social, donde cualquier contexto sirve para encender “la mecha de la locura”. No importa que haya golpes o armas de por medio. Todo entra en un espiral de violencia, que puede conducir a situaciones extremadamente graves.

En las últimas horas, hubo varios episodios salvajes en la Región. Y también heridos.

Se sabe que los episodios de género vienen ganando espacio, al punto de abarrotar la mayoría de las fiscalías del fuero penal de La Plata. Ni hablar de la UFI (la número 13) que ha sido diseñada para atender esa problemática de manera exclusiva. Pero también hay otro tipo de enfrentamientos, no menos peligrosos, en los que también se pone en juego la vida.

Por ejemplo, en Punta Lara, sobre la calle 5 entre 138 y 140, una joven decidió pedir ayuda cansada de tanto maltrato.

Su rostro lucía las huellas de una nueva agresión, que vinculó con su pareja, de 26 años.

De acuerdo al relato que recibieron los efectivos que acudieron al domicilio, la mujer había sido golpeada y su celular terminó destrozado de un sacudón al suelo.

Siempre a decir de los voceros consultados por este diario, “contó que no era la primera vez que sufría violencia, que había hecho muchas denuncias y que el agresor estaba armado”.

Precisamente, de un breve rastrillaje por el inmueble, los agentes encontraron debajo de un colchón de dos plazas un arma tumbera capaz de disparar municiones de escopeta, calibre 12/70, las cuales, de acuerdo a la distancia que se efectúan del objetivo, pueden ser letales o al menos generar un daño irreparable.

El acusado, de inmediato, quedó detenido en una causa por “Infracción a la Ley 12.569 y por tenencia de arma y municiones”.

En Berisso, por su parte, una mujer fue aprehendida y ahora deberá tratar de demostrar si la violencia que denunció estar sufriendo puede servir como causal de justificación o, al menos como atenuante, de la grave herida que le provocó a su pareja, que terminó internado con un cuchillazo en el abdomen.

Las fuentes mencionaron que la mujer relató que, en estado de ebriedad, su esposo se tornó agresivo, la tomó del cuello y brazos y le puso un cuchillo en el cuello amenazándola de muerte.

Fue ahí que comenzó un forcejeo, en el que logró quitarle el arma blanca y le asestó una estocada arriba del ombligo.

El cuchillo, con rastros hemáticos, quedó secuestrado a efectos de poder realizarle pericias.

El incidente ocurrió en la calle 31 (ex 90) entre 131 y el Arroyo, un sector por demás hostil a la intervención de las fuerzas de seguridad.

El fiscal Álvaro Garganta deberá ahora definir la situación procesal de la víctima de la violencia del género y del victimario herido.

Ambos, trascendió, quedaron a disposición judicial.

También en Berisso, pero en la calle 65 entre 124 y 125, de Villa Argüello, una enfermera de 45 años aseguró ser blanco de malos tratos por parte de su concubino, de 55.

Fue una menor de edad, hija de la mujer, quien refirió en diálogo con las autoridades que su madre y la pareja habían mantenido fuertes discusiones, las cuales fueron incrementando el tono.

Al arribo de los uniformados, que pudieron acceder al interior de la vivienda, vieron a la mujer sentada en el piso con una notoria lesión en su tobillo derecho, a la pareja en la cabecera de la mesa del comedor y un rastro de sangre, que conducía a la pileta de la cocina, lugar donde secuestraron un cuchillo de gran porte con manchas hemáticas.

Por último, en La Plata, en un inmueble de la calle 29 entre 36 y 37, demoraron a un hombre de 36 años, que habría agredido a una mujer de 33.

Al recibir una denuncia por la central de emergencias 911, una comitiva del Comando de Patrulla local se topó con un hombre agresivo, que esgrimía un arma blanca.

Allí la víctima hizo mención que momentos antes, en circunstancias en que ingresaba a su domicilio, fue sorprendida por su expareja, que la tomó del cuello y le puso un cuchillo de grandes dimensiones en la garganta. Además, por si fuera poco, le profirió amenazas de muerte.

Si bien el agresor escapó de la escena, con las descripciones del caso, pudo ser detenido y conducido a la sede de la comisaría cuarta.

El operativo no resultó para nada sencillo, ya que el imputado, fuera de sí, arrojó golpes de puño y patadas.

 

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