La Navidad llega con el pan dulce más chico y subas de hasta el 100%

El salto alcanza a la mesa de los productos clásicos y de mayor consumo. Así y todo, hasta hay bebidas que traen menos y salen más

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La inflación golpea en todos lados, hasta en la mesa de la Navidad: en los almacenes de la Región tienen datos que indican hasta un 100 por ciento de aumentos en productos clásicos de la mesa de las Fiestas, que por estos días ya empieza a entrar en calor con la aparición del pan dulce y todas las confituras clásicas, junto con las bebidas clásicas del periodo, como la sidra, el ananá fizz y la gama de espumantes.

Para ir sacando cuentas: “Una sidra sin alcohol o ananá fizz valía al público 173 pesos hoy de costo para nosotros está en 300 pesos. Todo aumentó, como mínimo un 100 del año pasado ahora”, le dijo a este diario el vicepresidente del centro de Almaceneros de la Provincia y titular de esa cámara a nivel local, en Berisso, Ricardo Cuevas. Siguió con la lista: “Una lata de durazno valía 190 pesos y hoy está 330 340 pesos. El pan dulce de medio kilo y de marcas conocidas ha tenido una suba del 80 por ciento en un año. Hay budines de buena calidad, de 200 gramos, a buen precio, con aumento del 80 por ciento”.

Fernando Savore, almacenero del Conurbano y titular de esa entidad, consideró que “comparado con diciembre del año pasado duplicó el valor”, la canasta de productos.

Por casos, “el pan dulce de las marcas conocidas lo vendemos a 500 o 600 pesos, la sidra de la marca tradicional a 500 pesos, la garrapiñada económica 120 pesos y la tradicional está en 180. Se ha duplicado el valor”, insistió Savore.

El proceso de aumento de precios fue talando el poder de compra hasta generar cambios de conducta, apuntó el directivo. “Uno veía que al principio de diciembre, la gente se tentaba con un turrón o una garrapiñada, pero ahora solo se lleva el pan dulce que, quizás, es la compañía del mate de la tarde”.

Lo que ven en los comercios, según Savore, “acompaña la inflación del 100 por ciento que vivimos este año” y suma “la preocupación de la caída de ventas importante en noviembre, que se dio tanto en el comercio de proximidad como en los supermercados”, apuntó el titular de la Federación comercial.

Entre inflación y caída, hay “una ecuación sencilla, por el deterioro del poder adquisitivo del salario del trabajador”, dijo Savore y añadió que “Argentina se destacaba en el mundo por su clase media, que hoy está tremendamente afectada”. Tanto que, según calculó desde el otro lado del mostrador, al “trabajador, que todos los días se carga la mochila para el trabajo el 15 se le terminó la plata”.

Junto con los aumentos, en la mesa de la Navidad se puede ver, según los almaceneros, un fenómeno extendido en el rubro alimentos y bebidas, como es la reducción del contenido. “Históricamente, el pan dulce de marcas tradicionales venía de 800 gramos y fueron reduciendo. Si uno ve el paquete, parece igual, pero si se detiene, en letra chica dice 400 gramos”, indicó Savore y aportó otros casos: “Las marcas tradicionales de sidra venían de 950 centímetros cúbicos y hoy algunas traen 650. El envase tiene la misma altura, pero es más delgado. En yogures, el sachet de algunas marcas y pasó de un litro a 900 mililitros”.

En esa misma línea, Cuevas apuntó que “los que hacen pan dulce la pelean porque cada vez lo hacen más chicos. Hay de 400 gramos y los más económicos son de 350”. En la mirada del almacenero está el impacto de precios en esa parte de la cadena. “Dicen quienes fabrican que han tenido subas tremendas, por ejemplo, en frutas abrillantadas y secas”.

Por eso, a la hora de comprar, Cuevas recomendó conjugar precios con cantidades.

También hay otras respuestas del mercado y de la clientela. Por caso, se señala el caso de una barra clásica de manteca de maní a la que le salió una competencia más barata. En tanto, el turrón especial con almendras, bañado, parece corrido hacia la clientela de alto poder adquisitivo, según apuntó Cuevas. El resto recurre al turrón de maní. “Luego, luego los budines cada vez más chicos, de 120 o 150 gramos, se mueven mucho y tienen precios accesibles.

También hay que comprar para el brindis de fin de año. “El champán está a buen precio, pero no se vende mucho en los negocios de cercanía. Lo que más sale es alguna fresita, ananá fizz y alguna sidra, que se deja para el brindis. No cómo antes que se llevan 6 o 7 cajas para la casa”.

 

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