El mejor Messi: el que hace goles, el que pide la pelota, se defiende y provoca

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Por MARTIN CABRERA

mcabrera@eldia.com

Cuando Maradona insultó a los italianos que silbaban el Himno argentino, los que mirábamos el Mundial de Italia ‘90 por TV nos sentimos representados. Sacamos pecho junto a él y contestamos ante semejante agravio. Muchos de los que estábamos frente a la tele el viernes pasado y vimos a Lionel Messi ponerse sus manos frente a Louis Van Gaal para responderle a sus declaraciones previas lo aplaudimos.

Si algo le faltaba a Messi para terminar de recibirse de capitán de la Selección era un partido como el del otro día. Claro que sus manos y su “andá pa’ allá bobo” fueron anécdotas. Jugó como todos quisimos alguna vez. Jugó como lo hizo Diego Maradona en los mundiales de México e Italia. Pidió la pelota, se hizo cargo de los penales y se bancó patadas, empujones y un muy mal arbitraje. También respondió como un verdadero líder.

Puede ser que no a todos les haya gustado esa reacción. Claro que es respetable a quién le haya molestado. Algunos más, otros menos, pero no se puede hablar de una uniformidad de criterios. Pero ¿realmente Lionel Messi fue un hombre “vulgar” por esos gestos y dichos? ¿Sus palabras a un rival que no habla su mismo idioma y que lo había provocado todo el partido pueden convertirlo en un maleducado? Para nada.

Hace rato que un sector de la Patria futbolera argentina le viene pidiendo a Messi que se muestre un poco más humano, menos producto del marketing y más sanguíneo. En Qatar estamos ante una de sus mejores versiones, enterrando incluso a quienes lo miraban de reojo. Señor capitán, rebelde y líder, sin cabeza gacha, sin caprichos y como la lanza de un grupo de guerreros que es capaz de dejar la piel en cada partido (batalla). Cómo van a caer mal sus palabras contra un jugador rival (Weghorst) que provocó a todos sus compañeros cuando iban a patear sus penales. Pero claro que sí, tal vez “bobo” haya sido un poco suave y quien nunca alguna vez le dejó un mensaje así a un rival es, al menos, para sospechar.

Países Bajos jugó el partido antes y durante. Nada de lo que hicieron sus jugadores se puede señalar como antireglamentario. Nada que le hayan respondido los argentinos, por nada del mundo, se puede criticar tampoco. Fue un partido de fútbol jugado con total lealtad de un lado y otro, que terminó con unos jugadores festejando y otros muy enojados. Lo mismo hubiese pasado si en los penales el arquero rival se convertía en héroe. Por suerte eso no sucedió y Dibu Martínez se “los comió” a todos.

Después estarán los que quieren hacer “política” con lo sucedido, como con todo lo que pasa en Argentina. A esos no los dejemos entrar. Messi se recibió de líder para quienes todavía esperaban más y es momento de celebración.

 

Qatar2022

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