La Ciudad necesita un “festejódromo” para los graduados universitarios
Edición Impresa | 15 de Diciembre de 2022 | 02:39

El ejercicio de un derecho personalísimo, como lo es el festejo de un estudiante universitario por haber llegado a su graduación profesional, muy sano y seguramente merecido, suele chocar –como ocurre en nuestra ciudad- con principios que hacen al bien común, ya que es habitual que se desarrollen en veredas y otros paseos públicos que quedan literalmente enchastrados y convertidos en un verdadero chiquero, que nadie después se ocupa de limpiar.
Tal como se detalló ayer en este diario, corre en estas jornadas en La Plata lo que puede definirse como “temporada alta” de las recibidas y los festejos se multiplican en calles del centro, del paseo del Bosque y en otros lugares.
Se trata claro está de una ciudad universitaria por excelencia, en donde se ha consolidado esta tradición de los festejos de graduados, que incluye caravanas de automóviles tocando bocinas detrás del vehículo que, en su baúl o en la caja transportan a los jóvenes profesionales, que van pintarreajados y en pleno festejo.
Las celebraciones incluyen enchastres con huevos, harina, pinturas, músicas, cortes de pelo, papelitos, serpentinas y otros actos festivos, a veces realizados en las escalinatas de la Catedral, en los jardines de la Municipalidad o en otros sitios ya tradicionales, en movidas acompañadas por familiares y amigos.
La suciedad, el derroche de alimentos, el ruido y los atuendos abrieron un debate en la Ciudad. A las quejas de vecinos se sumaron las de religiosos que en los últimos años mostraron malestar por el uso del acceso al templo mayor.
Lo cierto es que en un encuentro con presencia de representantes de distintas instituciones y organismos públicos, se plantearon las bases de un acuerdo en torno a la creación de un espacio propio, pero de uso común, para las recibidas.
Así, se determinó la creación de un nuevo “festejódromo” (el primero se encontraba en zona del Rectorado, en 7 y 48 ) que se emplazará en un sector del Bosque, situado frente a la cancha de Gimnasia y al Planetario, cerca del monumento en homenaje a René Favaloro.
Es verdad también que estas celebraciones forman parte de la tradición platense, pero también lo es que el respeto no abunda durante muchas de las “ensuciadas” a los flamantes graduados. A punto tal que en varias oportunidades la Catedral debió ser vallada para evitar estos desbordes en las escalinatas de entrada.
Es de esperar que las autoridades universitarias colaboren para que los jóvenes graduados tomen conciencia de que su primera “actuación” pública como noveles profesionales no debiera ser la de transgredir normas objetivas de convivencia.
Al mismo tiempo, con la intervención de la Comuna o de los organismos pertinentes de otra jurisdicción, debiera concluirse para este año el “festejódromo” en el Bosque, como parte de un nuevo esquema de acciones destinado a darle un nuevo formato a una tradición que, en esencia, es digna de elogio, que merece preservarse y que sólo necesita la vigencia de límites que impidan los desbordes, los daños materiales y las molestias a la población.
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