VIDEO. Di María, en su salsa: el fútbol fue justo con Fideo, el jugador más determinante en las finales

Tras no haber podido estar en Brasil 2014 por lesión, ayer la rompió toda en su tiempo en cancha. Otro gol en un partido decisivo, como en los JJ.OO de 2008, la Copa América del 2021 y la Finalissima del 2022. Justicia

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Por FERNANDO ALEGRE

falegre@eldia.com

Detrás de Lionel Messi, quien más se merecía una final y un desenlace como el que el fútbol le otorgó a Ángel Fabián Di María. En sus lágrimas y sobre todo en su alegría también están Mascherano, Romero, Biglia, Higuaín, Pérez, Rojo y sin dudas Agüero.

Quizás muchos no lo recuerdan, pero en 2014 el oriundo de Rosario no puede decir presente en el cruce ante Alemania por lesión. Fue por eso. Nada tuvo que ver una carta enviada por Real Madrid que el propio protagonista se encargó de romper en la previa. Y sin siquiera leerla. Pero evidentemente, en zona de promesas, el fútbol se acordó de él.

Dentro de un ciclo de Scaloni que roza lo inexplicable desde cualquier punto de vista, su renacimiento en la Selección comenzó con un pedido público para volver a vestir la “11” Albiceleste. Y vaya si pagó.

 

“Así se juegan las finales, ¿no? A ganar o a morir. No tengo palabras para agradecerle a Dios la revancha que me dio”

 

Ya había mostrado su coraje, valor y jerarquía siendo apenas un pibito, con aquella definición por encima del arquero nigeriano en la final de los Juegos Olímpicos del 2008 tras asistencia de Messi.

Más maduro, 13 años después de ese momento, y habiendo tenido que atravesar cuestionamientos durísimos, hizo delirar a todo un país con otra definición por arriba, que valió la Copa América del 2021 nada más ni nada menos que ante Brasil en el Maracaná. Allí rompió la maldición y cerró las bocas que tenía que cerrar un crack al que no siempre acompañó su salud y quien sufrió como pocos las ausencias obligadas.

Para otra muestra más, por si acaso fuera necesaria, en la Finalissima ante Italia de junio de este año también dijo presente inflando las redes en el mítico Wembley.

Y ayer, en el máximo escenario que el fútbol puede ofrecer, nada más ni nada menos que en una final por la Copa que quieren todos, los dioses de la redonda sellaron su deuda con él.

 

“Nos pudimos dar una alegría a nosotros, a nuestras familias y a la locura que hay en Argentina”

 

Tras haberse perdido los partidos previos aquejado por una dolencia (otra vez), el pibito nacido en Rosario un 14 de febrero de 1988 demostró que es el mejor de todos los mortales. Obviamente, Messi no entra en esa categoría.

Di María fue usina de fútbol por la izquierda, sector en que Scaloni le dio rienda suelta. Le cometieron el penal que cambió el “10” por gol y después selló un contragolpe magistral para el 2-0 momentáneo.

Debió sufrirlo desde afuera tras su salida en el complemento. Pero qué más podía hacer un crack que es el único en la historia en meter un gol en la final de un Juego Olímpico, de una Copa América, de una Finalissima y de una Final del Mundo. Voló altísimo el Ángel.

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