Las enseñanzas de un logro histórico

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Por EDUARDO TUCCI

deportes@eldia.com

La gloria máxima alcanzada por nuestra Selección mantiene intacto el fervor instalado en el gran público que está asistiendo a uno de los logros más notables de la historia deportiva nacional. El haberse impuesto en la mejor final que uno recuerde no hace más que inyectarle épica a una conquista basada en la seriedad del trabajo. Sufrida, pero cargada de mística, talento y amor propio.

Todavía sigue dibujado en el rostro de los argentinos la felicidad que han provocado la Selección y un Leonel Messi mágico. Ahora, cuando poco a poco, se reanude la actividad local y pasen estos días agitados que ha generado la Copa del Mundo sería provechoso transportar la misma coherencia y seriedad al fútbol nuestro de cada día.

Esta tercera estrella, tan merecida como sufrida, contó con un liderazgo nítido y contundente ejercido por el mejor jugador del mundo. Pero también con lineamientos muy claros generados desde la conducción de un Leonel Scaloni que arrancó de ceo para ir edificando paso a paso un sólido esquema que se mantuvo inalterable hasta esa definición inolvidable que impregnó de alegría al pueblo argentino.

Los grandes éxitos son para ser festejados pero también para tomarlos como guía de cualquier emprendimiento. Quienes manejan la Liga local tienen como tarea pendiente emprolijar un funcionamiento endeble, erróneo muchas veces, con más dudas que certezas.

Que mejor que recordar las definiciones del director técnico del equipo nacional cuando se encontraba transitando una racha interminable de éxitos y se aprestaba a sumergirse en un desafío único e irrepetible: el Mundial. Lo que pregonaba el de Pujato, cuando todavía dibujaba lo palotes de su gran proyecto mundialista, se cumplió. Todo resulta aplicable a lo que está necesitando la Liga Profesional, o el torneo local para ser más claros. Esto decía Scaloni: “La Selección es un lugar de privilegio. Y creo que eso no ha cambiado más allá de que hubo una época en la que no era tan respetada, que para mí era un poco extraño, porque cualquier jugador sueña con jugar en la Selección, es algo único. Son cosas que te quedan marcadas, es muy difícil llegar a una Selección y más a una como la Argentina. Por eso cada vez que convocamos a un jugador les decimos que disfruten, que nuestro objetivo no es que se pongan la camiseta una sola vez sino un montón de veces. Es un lugar al que cuesta llegar y sobre todo mantenerse”, explicaba.

 

“No hace más que inyectarle épica a un logro basado en la seriedad del trabajo”

 

Nuestros campeonatos también deben ser un ejemplo, un lugar de privilegio donde los jugadores y el público disfruten; ese sitio al que cuesta llegar y mucho más mantenerse.

Tomar en cuenta, para lo que viene, que el liderazgo de Scaloni, su empeño por no dejar nada librado al azar y el manejo de los grupos han marcado su gestión.

El GPS que guió al responsable del proyecto marca claras definiciones. Scaloni lo definía de esta manera: “En un país como la Argentina te podes confundir, y eso lo tenemos claro todo el cuerpo técnico. Sabemos que entrenamos a un grupo de jugadores y solo hablamos de fútbol. Si nos creemos más que eso es un error, entonces cuando hablamos lo hacemos desde el rol que nos toca, que es el de entrenarlos a ellos. En algunos casos hay aspectos más personales, en el sentido del comportamiento, de cómo tienen que ser cuando entran al predio, cada uno tiene su vida y en eso nosotros ya no entramos. Pero cuando tenemos que hablar, hablamos claro”.

Por todo esto, mientras sigue la euforia y el país se prepara para recibir como corresponde a los actores centrales de este logro heroico conseguido en Qatar, sería bueno ir pensando en tomar estos ejemplos para poner en movimiento un fútbol que está necesitando tomar el camino correcto.

Qatar2022

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