Fuertes cruces por la visita a la Casa Rosada que no fue
Edición Impresa | 21 de Diciembre de 2022 | 04:51

Emiliano Russo
efrusso@eldia.com
El festejo incompleto de la Selección fue la nota política de la intensa jornada. Y tuvo varias aristas como la falta de coordinación entre las autoridades de Nación, Provincia y CABA para disponer de un “corredor seguro” en la denominada “Caravana de los Campeones” y en el medio las intervenciones del presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapa.
Además, la clara decisión del equipo argentino de no ceder a las presiones del Gobierno para que utilizarán como escenario de la histórica celebración los balcones de la Casa Rosada. Es que ni siquiera Lionel Messi y compañía aceptaron aterrizar en el helipuerto presidencial con las aeronaves que los “rescataron” de la marea humana, que desde temprano había poblado las autopistas metropolitanas.
Fue así que Alberto Fernández siguió la festiva jornada desde la residencia de Olivos y no pudo tener una foto con el plantel campeón del Mundo. La enemistad que lo une con el titular de la AFA, también pesó en la determinación del combinado nacional de evitar pasar por Balcarce 50.
El mandamás del fútbol argentino nunca ocultó su malestar por la “asonada oficial” que, a través de la Inspección General de Justicia (IGJ) a comienzos de 2021, intentó declarar nulas las elecciones que lo confirmaron en la cúpula de la institución de calle Viamonte. Ayer a la madrugada sí se saludó con el ministro Wado de Pedro que lo esperaba al pie del avión de Aerolíneas que trajo a la comitiva argentina desde Qatar. Pero el dirigente camporista, que intenta posicionarse como precandidato presidencial, sufrió un desplante de Messi cuando intentó acercarse para tener su “foto” con el ídolo.
Preparativos
Desde la noche del lunes el palacio gubernamental fue acondicionado para recibir a los jugadores que se consagraron: se dispuso un vallado, pantallas gigantes, equipos de audio y se adornó uno de los balcones con la bandera argentina. Frente al ingreso por Balcarce 24 se colocó un cartel con la leyenda: “Gracias Campeones”. Estaba claro que si bien el jefe de Estado estaba dispuesto a dejar solos a los jugadores en su festejo con la gente agolpada en Plaza de Mayo, iba a buscar la foto del “recibimiento oficial” en la planta baja de la sede de gobierno. “Los jugadores no querían sentirse atados a nada ni a la Cámpora ni a nadie”, expresó un dirigente de AFA que supo cultivar buen vínculo con el oficialismo.
Hasta pasado el mediodía de ayer emisarios del Ejecutivo intentaban convencer al plantel argentino para que incluyeran a la Casa de Gobierno en su festejo interminable por el triunfo en Qatar. De hecho, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, le garantizó a Tapia las medidas de seguridad para que pudieran movilizarse dentro de Casa Rosada. En la noche del lunes se le había prohibido concurrir en la víspera a la mayoría de los empleados y a la prensa acreditada, en una medida inédita desde la vuelta de la Democracia en 1983. La estrategia era clara: crear un ambiente que sedujera a los jugadores para que pudieran emular el festejo de los campeones de México 86. “Estaba todo armado según lo que AFA había pedido, que esté vacía la Casa. Afuera se había preparado un corralito para la prensa pero finalmente no vinieron”, indicó, lacónica, una fuente oficial consultada.
Lo cierto es que durante la víspera el micro descapotable que trasladó al Seleccionado desde el predio de Ezeiza tuvo que cambiar varias veces el recorrido, en teoría, coordinado previamente por los jefes de Seguridad de los tres distritos. Más allá de la impresionante demostración de fervor popular que copó autopistas y puntos neurálgicos de la capital federal -se estima hubo más de 4 millones de personas movilizadas-, en ningún momento quedó claro quién tenía el control del operativo. De hecho, Tapia, a través de las redes sociales de la Selección, pasado el mediodía desechó el Obelisco como punto de encuentro y lo reemplazó por el enlace de 9 de Julio y autopista 25 de Mayo con el argumento que “los mismos organismos de Seguridad que nos escoltaban, no nos permiten avanzar”. A esa hora la marea humana que cubría la “avenida más ancha del mundo” hacía imposible el paso de cualquier rodado.
Pero poco después la muchedumbre trepó hasta la citada autopista porteña y terminó bloqueando ese acceso. Mientras, varios jóvenes se arrojaban desde los puentes que atravesaban la autopista Riccheri hacia dentro del descapotable en el que viajaban los campeones del mundo: el accidentado salto de uno de los fans fue la gota que rebalsó el vaso y suspendió la “Caravana de Campeones”. El desvío hasta un predio de Villa Lugano fue una medida de emergencia; el plantel se subió a unos cinco helicópteros de Prefectura y la Policía Federal y luego realizó una simbólica vuelta olímpica por los cielos del centro porteño.
No era lo esperado. Fue por eso que “Chiqui” Tapia descargó sus críticas contra los organizadores del operativo pero se cuidó de valorar la labor de las autoridades de Provincia y en especial de Sergio Berni. Es claro que los cuestionamientos estaban destinados al ministro porteño Marcelo D´Alessandro pero también hacia Aníbal Fernández, responsable de la Policía Federal que tenía a su cargo “la cápsula” de seguridad que en teoría debía blindar el viaje del micro que trasladaba a los campeones del mundo.
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