¿Cambia el cine?: piden millones por un trailer engañoso
Edición Impresa | 23 de Diciembre de 2022 | 05:11

El guionista Richard Curtis decidió eliminar una parte en su película “Yesterday” en la que aparecía Ana de Armas, porque la cubana y su belleza distraían del romance principal de la película. Pero la decisión se tomó de forma tardía, y la actriz que hoy es sensación en Hollywood y que suena para ser nominada al Oscar por su papel en “Blonde” encarnando a Marilyn Monroe aparecía en los adelantos de la película. Dos muchachos, Conor Woulfe y Peter Michael Rosza, afirman que alquilaron la película en la plataforma Amazon Prime Video para ver a Ana: pagaron 4 dólares y ahora piden una compensación de 5 millones.
La demanda, claro, corrió el riesgo de caer en la nada, pero finalmente un juez de Estados Unidos consideró admisible una demanda de dos espectadores contra los estudios Universal por considerar que el tráiler incurría en el delito de “publicidad engañosa”.
La decisión del juez, claro, tiene muy preocupada a la industria: podría sentar un precedente que gatille cientos de juicios millonarios similares contra los gigantes de Hollywood por sus trailers, que habitualmente incurren en engaños publicitarios y todo tipo de amagues para llevar a la sala a los espectadores.
El fallo del juez de distrito de California Stephen Wilson no resolvió la cuestión de fondo de la demanda, sino que denegó el pedido de los abogados de Universal para que desestimara la denuncia bajo el argumento de que los avances de una película están protegidos por la Primera Enmienda constitucional, que vela por la libertad de expresión. Al hacerlo, parecía que la demanda de Conor Woulfe de Maryland, y Peter Michael Rosza de San Diego, realizada en enero contra la película de Danny Boyle, iba a caer en la nada. Pero ahora Wilson dejó claro que la demanda tiene asidero.
Woulfe y Rosza aseguran que fue por la intérprete que habían alquilado la cinta en la plataforma Amazon Prime Video, que en el trailer del filme parecía, incluso, ser una de las protagonistas (cuando en realidad, nunca fue algo más que un cameo). Por ello, presentaron un reclamo para que no sólo se les devolviera el monto abonado por rentar la película sino que también se los resarciera por 5 millones de dólares.
La primera respuesta de los representantes de Universal fue que un tráiler es “una obra artística, expresiva” que cuenta una historia de tres minutos para dar cuenta del tema de un film, y que por esa razón no debe ser considerado un discurso comercial. El estudio citó varios ejemplos, demostrando que este tipo de “amagues” son práctica habitual de la industria... pero eso es justamente lo que podría llevar a la industria a tener que cambiar. “Universal está en lo correcto en que los avances involucran cierta creatividad y discreción editorial, pero esta creatividad no pesa más que la naturaleza comercial de un tráiler”, planteó el magistrado en su fallo. “En esencia, un tráiler es una publicidad diseñada para vender una película al proveer a los consumidores una vista previa de la película”. ¿Tendrá que cambiar Hollywood la manera en que promociona las películas?
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