Dos ratas de laboratorio y una guardería muy especial

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Cinthya López Merino (27) es chilena. Llegó a La Plata en 2018 para estudiar Medicina y poco tiempo después se le ocurrió instalar una guardería de animales exóticos, a partir de su propia experiencia. Es que ella convivía en su casa con dos ratas de laboratorio y cada vez que quería viajar, no tenía con quién dejarlas.

“Aceptan perros y gatos, pero para trasladar conejos o tortugas, por ejemplo, tenés que sacar muchos papeles; ratas, directamente no te permiten. Yo tengo lugar y conocimiento para tratar roedores, por eso me fue bastante bien. Para los feriados se llenaba”, celebra Cinthya, que, entre otros animales, alojó cuises y erizos.

Fan de los roedores -“siempre tuve conejos”, apunta-, Cinthya se sumó al grupo “Team Ratas”, que tiene como propósito rescatar y dar en adopción a roedores criados en laboratorios. “Me parecen bonitas, aunque es complicado”, reconoce, “han recibido muchas inyecciones, no están acostumbradas a tratar con humanos y la adaptación demanda más de seis meses”. Además de difícil, la interacción con las ratas es riesgosa: “Al principio me mordían; me sacaban pedazos. Pero son súper inteligentes, saben lo que está bien, qué comer y dónde ir al baño; es una bonita experiencia y se genera una conexión muy grande”.

Las de Cinthya no tenían nombres. Ella las llamaba simplemente “ratas o bebés”. Y, aunque el pronóstico de vida de estos animalitos no supera los tres años, las suyas vivieron cuatro. “Murieron de cáncer de mama”, cuenta. La joven convive hoy con una perrita, con la que en pocos días más regresará a Chile, para “renovar energías”, cierra.

 

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