Violencia exacerbada: la Región en tiempos de ira y agresiones

Se sabe que cualquier situación puede dar lugar a un incidente mayúsculo. Algo de eso pasó en una granja de rehabilitación de Arturo Seguí, donde apuñalaron a un coordinador. Hubo otros incidentes y denuncias de género

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En estos tiempos que corren, la violencia parece haberse convertido en un modo de definir los conflictos urbanos. Ya no alcanzan las palabras como sucedía años atrás. Ahora, donde no prima la razón, gana espacio la barbarie. Por eso genera enorme preocupación la sucesión de episodios donde la ira es un denominador común. Todo se arregla a las trompadas y, en muchos casos, también con armas. Como sucedió en una granja de rehabilitación de Arturo Seguí, en la que un hombre de 38 años recibió una puñalada en uno de sus riñones y tuvo que ser derivado de urgencia a un centro médico privado de Villa Elisa, donde quedó internado en observación.

El hecho, de acuerdo al reporte oficial, sucedió en las últimas horas en calles 411 y 153, donde funciona la institución “Volver a Creer”.

En ese lugar, por circunstancias que ahora se intentan determinar, uno de los internos le pegó un puntazo a uno de los coordinadores, que sufrió una herida de consideración, más precisamente en la región lumbar .

En la granja, se indicó, asisten a personas con adicciones, muchas de las cuales tienen incluso causas judiciales abiertas.

Al parecer, se trató de un ataque a traición, cuando la víctima se encontraba de espaldas y motivada por cuestiones que aún no trascendieron.

Se supo que el agresor, de 18 años, escapó de la escena, aunque a las horas se presentó en la sede de la DDI La Plata, donde quedó detenido.

En la causa tomó intervención el fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta, que lo imputó por el delito de “tentativa de homicidio”, ya que, con la conducta desplegada, entendió que se intentó alcanzar al resultado muerte, aunque finalmente no lo logró por razones ajenas a su voluntad.

Voceros del caso mencionaron que el ahora detenido, que se negó a declarar en la indagatoria, contaba con un antecedente de “estrago agravado por peligro de muerte”, que no hace más que desnudar su peligrosidad.

En 7 y 49, por su parte, en otro capítulo de locura, una joven de 29 años, que se encontraba en aparente estado de ebriedad, quiso agredir al personal policial cuando, al verla en mal estado, intentaron identificarla.

En medio de esa actitud hostil, terminó siendo demorada en la comisaría primera por “resistencia a la autoridad”, ya que comenzó a lanzar patadas y golpes de puño a los agentes.

En 115 entre 516 y 517, se informó que un hombre de 37 años se violentó con su pareja de 22, que llamó al 911.

Sin embargo, cuando aparecieron los uniformados en la casa, que intentaron mediar en la situación, la denunciante se retractó y dijo que no quería instar la acción penal.

El problema fue que el acusado también mantuvo una conducta muy exaltada hacia la comitiva de seguridad, que se lo llevó esposado por resistir el operativo.

En Ensenada, en tanto, en la zona de El Dique, dos hombres se tomaron a golpes de puño en medio de la calle.

Sucedió en 127 y 35, por cuestiones que se desconocen.

Lo concreto es que, ambos con lesiones leves en el rostro, fueron aprehendidos y puestos a disposición de la Justicia local.

En 171 y 41 de Berisso, se dio aviso por la presencia de un joven con intenciones de quitarse la vida.

Al rato se determinó que había intimidado a su expareja con un vidrio y le realizó pequeños cortes en los antebrazos, ya que la mujer intentó defenderse.

Rodeado y, fuera de sí, se autoinfligió heridas más profundas en sus propios brazos, devastado porque no aceptaba la ruptura de la relación.

Por si fuera poco, la víctima indicó que había provocado daños en su vivienda, entre ellos en una puerta, mobiliario y un televisor. Todo con una prohibición de acercamiento vigente.

Lo curioso del caso, de acuerdo a fuentes confiables, es que la mujer también se opuso a la detención y, a los gritos, fijó su posición de que no pensaba ir a la comisaría a denunciar nada de lo que había pasado.

En ruta 2 y 436, con claros signos de embriaguez, un automovilista que fue parado en un control, se negó a colaborar con el procedimiento y se puso violento con los efectivos, que terminaron demorándolo.

Por último, en 517 bis entre 22 y 23 otra mujer sufrió violencia de género, por lo que su pareja fue detenida por “lesiones y amenazas agravadas”.

 

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