Volver al útero
Edición Impresa | 13 de Febrero de 2022 | 08:59

Por ANY KRIEGER (*)
El Amor es un concepto complejo y debe ser definido en el caso por caso de cada lazo. Es decir que cada pareja se construye en un vínculo particular y propio y va variando en el tiempo.
Podemos hablar de amores pasionales, narcisistas, simbióticos, tóxicos, violentos, apacibles, amistosos y románticos, entre otros.
Es sabido que las relaciones de pareja son la fuente del amor y es el amor la amalgama de dos y a veces mas personas.
Hay mucho para decir acerca de esta temática ya que el humano no sólo se alimenta de comida sino que le cuesta mucho vivir sin amor, necesita de él.
En los vínculos amorosos se reproduce indefectiblemente el primero, que es la relación con la madre. Luego se busca reeditarlo y se padece al mismo tiempo. La vida amorosa es el devenir, no sin frustraciones del encuentro mítico de completud, del yo y tu somos uno. Esa es la razón por la cual se tropieza sin cesar y las mayoría de las veces se llega a la interrupción del lazo. Es fundamental saber que el estado de nirvana es mas tanático que erótico y lo que se busca finalmente es regresar a un estado prenatal donde la vida uterina nos brindaba un bienestar que bordea lo auto erótico. Sin saber se anhela eso en una búsqueda frenética de un partenaire que lo pueda provee y por supuesto que es un anhelo imposible.
A pesar de haber alcanzado borrar mitos y tabúes acerca de la soltería, los pacientes llegan a la consulta mortificados por el tema del amor. Estén o no emparejados. Es muy recurrente la queja sobre el partenaire tanto de hombres como de mujeres y lleva mucho tiempo de trabajo implicar al consultante en torno a lo que sufre porque hay una creencia que el problema siempre es el otro. Al sujeto humano le cuesta asumir sus fallas y supone que el otro tiene lo que le falta o no lo tiene. Esa es la trampa y la trama que se juega en toda relación.
Las relaciones abiertas son muy difíciles de abordar y sostener, si bien hay casos excepcionales. Los celos y la melancolización son síntomas que nacen en estos escenarios y muchas veces concluyen en la degradación de la vida amorosa a expensas de la intención de recuperar el deseo perdido.
(*) Psicoanalista
Miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina
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