Cálculos en la vesícula: cuando se convierten en un problema

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Los cólicos biliares pueden manifestarse como un dolor muy súbito e intenso en la zona derecha superior del estómago. En algunos casos, el dolor aparece en forma iterativa, en olas, y se expande hasta el hombro derecho o irradia hacia la espalda. En otros, provoca náuseas y eructos.

Los cólicos son de una duración muy variada. Pueden perdurar diez minutos o llegar a atormentar a alguien horas enteras. Lo cierto es que, cualquiera sea su manifestación, hay que tomar los síntomas en serio.

“La persona que ha detectado que sufre de cólicos biliares debería acudir cuanto antes al médico, o incluso a la guardia de un hospital”, advierte el gastroenterólogo y docente alemán Heiner Wedemeyer.

La vesícula ayuda en la digestión de alimentos de alto contenido graso, y la bilis se compone fundamentalmente de agua como elemento principal, así como de colesterina, ácidos biliares, grasas especiales y proteínas, explica el gastroenterólogo Christoph Schramm, de Essen, Alemania.

En circunstancias normales, esos elementos se encuentran disueltos en agua y en equilibrio. Pero cuando ese equilibrio se pierde, en la vesícula se forman cristales, es decir, cálculos biliares que pueden obstruir la salida de la bilis. Cuando la vesícula no puede “desagotar”, la presión va en aumento y eso es lo que en algún momento comienza a provocar dolor.

Si el conducto biliar está obstruido a causa de uno o más cálculos, la vesícula puede inflamarse. “Eso sería un cuadro agudo”, dice Wedemeyer, porque si el líquido biliar llega a filtrarse por grietas de la vesícula hacia la zona del estómago puede causar una peritonitis que podría derivar en la muerte del afectado.

¿Cómo saber si los dolores se deben a la existencia de cálculos en la vesícula? A través de un análisis de sangre y de una ecografía será posible confirmar o descartar esta hipótesis, explica Wedemeyer.

El especialista Christoph Schramm señala que existen varios factores de riesgo vinculados a la aparición de este tipo de cálculos. La edad avanzada, el sobrepeso y la falta de movimiento son algunos de ellos. “Al parecer las mujeres se ven más afectadas que los hombres”, advierte, además de que puede existir una predisposición genética.

“También puede ocurrir que se formen cálculos en la vesícula cuando una persona sigue dietas muy radicales”, agrega Wedemeyer, que recomienda no proponerse bajar diez kilos o más en un lapso de solo dos a tres semanas.

De todos modos, los cálculos biliares no siempre causan problemas en el organismo. Mientras no generen molestias, no es necesario aplicar ningún tipo de tratamiento.

En aquellos casos en que una persona sufra de cólicos biliares, es decir, de retortijones intensos, lo primero que se hace es suministrar analgésicos. En un segundo paso será necesario extirpar quirúrgicamente los cálculos que obstruyen el conducto biliar. “Esto suele realizarse con la ayuda de un endoscopio, mediante una laparoscopía”, dice Wedemyer.

El especialista recomienda retirar los cálculos con este método y luego, pocos días después, la vesícula entera, en caso de que hayan quedado algunos cálculos sin extraer.

 

 

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