Vuelve “Mrs. Maisel”: la comediante favorita de la tevé regresa tras retroceder todos los casilleros

“The Marvelous Mrs. Maisel” llega el viernes a su cuarta temporada: impensado seguramente incluso para su creadora, porque “Maisel” fue uno de esos éxitos inesperados, una serie a contramano de tiempos y estilos. Pero como su protagonista, la serie se hizo camino: en esta época de algoritmos, thrillers efectistas y oscuridad, la comedia creada por Amy Sherman-Palladino irrumpió en 2017 como un soplo de aire fresco en la era dorada de la televisión, a la vez una anomalía en el sistema y un producto de la libertad creativa que habilitó la guerra de plataformas en sus primeros años. Había que poblar las grillas de los novedosos sistemas on demand, y la mayoría de los servicios estaba dispuesto a probar y arriesgar.

En la tercera temporada Midge y su manager tocaron fondo. Ahora tienen que volver a empezar

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Sherman-Palladino, creadora de la recordada “Gilmore Girls”, aprovechó ese momento, y retomando algunos temas y, sobre todo, el estilo narrativo a puro diálogo vertiginoso de la serie creada para Warner en 2007 y que fue revivida recientemente por Netflix, se lanzó a crear para Amazon Prime Video una comedia que sigue el accidentado camino de una joven ama de casa judía de clase media alta que de repente decide dejar de lado mandatos, marido y demás para probar suerte en el muy machista circuito de stand up de la Nueva York de los 50 y 60.

La apuesta pagó: la frescura del programa y el brío de sus dos protagonistas, Miriam ”Midge” Maisel (Rachel Brosnahan) y Susie Myerson (Alex Borstein), y la aceitadísima dinámica cómica de la dupla, le valió a las primeras tres temporadas 20 Emmys y 3 Globo de Oro.

La cuarta temporada de “The Marvelous Mrs. Maisel”, que llega el viernes y a la que se suman invitados de la talla de Kelly Bishop y Milo Ventimiglia (viejos conocidos de Sherman-Palladino de la era “Gilmore”), y nada menos que el realizador John Waters y Jason Alexander, el George de “Seinfeld”, comienza con la protagonista y su manager ante el desafío de empezar otra vez tras sus errores del pasado. Ambas dejó la tercera temporada allá por 2019 en una nota triste por duplicado; ambas estaban al borde del triunfo tras pelearla desde abajo, y ambas cometieron graves equivocaciones.

Midge se subió al escenario del teatro Apollo de Harlem, conocido por su público implacable, como telonera en la gira del ficcional cantante romántico Shy Baldwin. La audiencia la festejó, pero los chistes que hizo ofendieron a la estrella y fue despedida justo cuando iba a comenzar el tramo europeo del tour.

Susie, por su parte, por fin tenía en Midge a una artista que generaba dinero, pero lo perdió todo por su compulsión apostadora. Sin plata, difamadas y con las puertas del Olimpo cerradas en sus narices, standupera y manager tendrán que encarar ahora un nuevo comienzo.

“Están de vuelta en el fondo, van a tener que reconstruirse”, comentó Brosnahan al respecto. “Pero las dos son muy buenas bajo ese tipo de presión. Están motivadas, no tienen nada más que perder y ahora solo puede mejorar. Las dos piensan más a lo grande, tienen más claras sus ambiciones, tanto conjuntas como individuales, y saben qué quieren hacer con este mal momento”.

Borstein disiente: “Yo creo que es más como un laberinto, en el sentido de que fueron tan lejos en un sentido y dieron contra un callejón sin salida, que ahora que están de vuelta en el principio no es en realidad empezar de nuevo, porque tienen ese conocimiento de por dónde no ir que las va a llevar en una nueva dirección, quizás mejor”.

“Midge lo dice mejor en una de las temporadas anteriores: la comedia se alimenta de la opresión, de la falta de poder, de la tristeza y el desengaño. ¿A quién diablos describe eso más que a las mujeres?”

Rachel Brosnahan,
Protagonista de “The Marvelous Mrs. Maisel”

PIONERAS

Lo que señala Borstein tiene que ver con que ambas, comediante y manager, están haciendo el camino al andar: sin standaperas mujeres en la industria no hay un plano, y el camino ofrece más obstáculos que oportunidades en un mundo donde se pensaba que las mujeres no podían ser graciosas. Una idea “inexplicable”, dice Brosnahan, en una entrevista realizada por la agencia Télam. “Algunos de los mejores comediantes e intérpretes de los que yo soy fan son mujeres. Creo que Midge lo dice mejor en una de las temporadas anteriores: la comedia se alimenta de la opresión, de la falta de poder, de la tristeza y el desengaño, del abandono y la humillación. ¿A quién diablos describe eso más que a las mujeres? A juzgar por esos estándares, solo las mujeres deberían ser graciosas”.

“La única razón por la que esa idea sigue dando vueltas es que existe el machismo”, agrega, y su dupla cómica se suma: “Creo que la mayor parte de las veces que se escucha esa sentencia de que las mujeres no son chistosas proviene de personas que no son mujeres, y viene del hecho de que una mujer graciosa usualmente es una mujer segura de sí misma, y los hombres temen perder el poder”.

Lo cierto es que ante esa situación, y tras retroceder todos los casilleros en el tablero en parte por la hostilidad del entorno en el que quieren trabajar, al comenzar la cuarta entrega “sienten desesperación, furia y ambición, y ese es un momento excitante para observarlas”, contó Brosnahan.

La nueva temporada de la serie, que marca el regreso a la pantalla de Midge tras dos años: la pandemia frenó el rodaje, pero dos años más tarde siguen ahí su humor satírico, el feminismo, su distintivo sello de largos planos secuencia puntillosamente coreografiados, vivos colores y diálogos a ritmo de frenético ping pong.

“Creo que una de las mejores partes de poder volver es que es un programa que ya tiene construida una base, hay una serie de cuestiones que ya están en su lugar y fuimos capaces de conservar mucho del ADN de lo que hace a la identidad de esta serie”, afirmó Bosnahan, que saltó a la fama por “House of Cards”, sobre el parate. “Además, sentimos alegría de poder volver a este programa que te lleva a un tiempo en que nada de esta mierda existía todavía, es una burbuja”, agrega la actriz, mientras que su pareja cómica, Borstein, comenta que “fue lindo poder grabar una serie ambientada en una época en la que no tuviéramos que estar pensando en barbijos. Incluso podría decirse que tuvimos algunos pequeños beneficios ocultos, porque el pasar aislados un montón de tiempo solo con el elenco y el equipo técnico hizo nuestro vínculo mucho más fuerte”.