Servicios a terceros: críticas de los ingenieros a las universidades

El colegio Provincial señaló que hay prácticas de “competencia desleal” con graduados que van al ámbito privado

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El debate sobre la realización de trabajos -mediante servicios de consultorías, investigaciones o auditorías- empresas y organismos públicos desde las universidades parece recobrar intensidad en las últimas horas, a partir de una manifestación pública del Colegio de Ingenieros de la Provincia en la que se cuestiona desde la amplitud de la agenda de prestaciones hasta la rúbrica por parte de profesionales que no están matriculados para el servicio, como se exige al desempeño en el ámbito privado.

La nota, que lleva la firma del presidente del Colegio de Ingenieros de la Provincia, Norberto Beliera, sostiene que “resulta éticamente cuestionable que la misma Universidad formadora de profesionales se dedique a la ejecución de ciertos trabajos para terceros, que constituyen una forma encubierta de competencia desleal con las posibilidades para el desempeño de sus propios graduados”.

La posición del sector, según contaron fuentes del ámbito profesional consultadas ayer, tiene tanta historia como la modalidad de contratación, regulada por leyes nacionales y de la Provincia, entre mediados de las décadas de los `80 y los `90.

En la Universidad Nacional de La Plata también fue objeto de debate, tanto en el plano de la participación de sus investigadores, docentes y estudiantes en labores para empresas y organismos, como en relación al reparto del dinero que se obtiene por esos servicios.

“NECESIDAD DE INGRESOS”

“Pecaríamos de ingenuos si no admitiéramos que el origen de los servicios a que nos referimos nació décadas atrás, de la necesidad de la universidades de poder hacerse de ingresos económicos para cubrir la insuficiencia de sus presupuestos, situación que lamentablemente hoy vuelve a repetirse”, se argumentó sobre la inquietud en la entidad, que tiene como función primordial el control de las prácticas profesionales.

En esa línea crítica, se indicó que “fuera de los casos que se encuadren en las condiciones antes mencionadas, nuestra opinión es que las universidades deberían abstenerse de intervenir en actividades que configuren formas evidentes del ejercicio profesional, al alcance de aquellos graduados que ellas mismas produjeron, especialmente en tareas de carácter decididamente personal y no institucional.

Concretamente se sostiene desde el Colegio que algunas labores “rutinarias” de ensayo, consultoría y asesoría que realizan laboratorios y equipos de las facultades son las mismas que ofrecen estudios del sector privado o profesionales que se manejan en forma individual y corren en desventaja al tener que pagar la matrícula y aportes profesionales, más todo el dispositivo que requiere una empresa u oficina.

Ante la difusión de la nota, Ignacio Mitoff, secretario de Cultura y Extensión Universitaria de la Facultad Regional de la Universidad Tecnológica Nacional, opinó que “no hay competencia desleal de las universidades con los profesionales independientes. Más bien, realizan trabajos a terceros sustentadas en sus laboratorios y centros de investigación. De todas formas, es importante integrar mesas de discusión que sean complementarias, que busquen soluciones conjuntas desde un lugar constructivo. Desde esa lógica trabajamos siempre con organismos como el Colegio y entidades sectoriales de nuestros trabajadores y profesionales”.

En esa misma línea, desde el Colegio se insistió con un debate en un foro: “Nuestra preocupación ante la persistencia de esta situación nos lleva a convocar hoy nuevamente al diálogo a las universidades, no para confrontar, sino para consensuar soluciones que – contemplando los distintos intereses de las partes intervinientes – sirvan para el beneficio de todos.

ANTECEDENTE

La posición tiene un antecedente cercano de mediados de 2019, cuando el Centro de Ingenieros, otra de las entidades del sector, planteó que “en el caso de los trabajos que realizan las Universidades por sí o a través de las fundaciones, no efectúan aporte alguno ni presentan al Colegio de Ingenieros, la documentación exigida a los colegas que actúan en la instancia privada”.

La coyuntura económica que, según la entidad, hoy presiona sobre el mercado, también se sirve de un crecimiento de la oferta de servicios a instancias de la creación de universidades públicas en las últimas dos décadas.

 

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