Una forma de dependencia emocional

Edición Impresa

Susana Calero

Médica psiquiatra, miembro de APSA

Al hablar de juego responsable o saludable, nos surge la necesidad de realizar una primera distinción: existe un juego no responsable o patológico, el cual es un problema prevalente en Salud Mental. Por este motivo, en la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA) contamos con un área de trabajo específica sobre el tema.

El juego patológico es una afección mental adictiva que se caracteriza por la necesidad irrefrenable de jugar, produce una dependencia emocional respecto del juego y va alterando la conducta de quien lo padece. El jugador patológico se ve impelido a jugar por una sensación de urgencia incontrolable y va supeditando su vida a la necesidad de mantener el hábito de juego, aumentando el tiempo que le dedica y el monto que apuesta.

El jugador patológico pierde su libertad y así la posibilidad de controlar cuánto juega, a pesar de las consecuencias negativas que le produce. Otros síntomas que padece son cambios de carácter, deterioro de los vínculos sociales y familiares por ocultar que está jugando, dificultades en sus actividades trabajo, estudio, etc, problemas económicos, debido a la pérdida de dinero y a las deudas contraídas, y deterioro de su salud física y mental. Esto suele ser reconocido por familiares y amigos, pero no por quien lo padece.

No todo el que juega puede convertirse en jugador patológico. Para que el juego se convierta en un problema se requiere una vulnerabilidad individual, además de factores externos sociales y familiares. En general la adicción asienta sobre la base de alguna patología psiquiátrica o clínica subyacente, y la manera más efectiva de rehabilitarse es mediante un tratamiento integral por equipos especializados que cuenten con un abordaje psiquiátrico, psicológico y sociofamiliar.

 

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