La Ciudad debe saber con cuántos árboles cuenta y cuántos harían falta plantar

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Resulta definitivamente serio que en la ciudad de La Plata no tenga vigencia desde hace muchas décadas una adecuada planificación, ajustada en materia forestal a las características urbanísticas de cada barrio y que además, no se ponga el empeño que hace falta para la preservación y renovación del arbolado público. Durante el curso de varias generaciones décadas se ha vivido de la visión y el esfuerzo que impusieron los fundadores y quienes siguieron su legado. Pero la situación actual -y la falta de dedicación para revertir la crisis- abre interrogantes sobre el futuro.

Se ha impuesto en muchos sectores la falsa idea de que la ejecución de alguna obra de vivienda o barrio cerrado, así como la instalación de algún local comercial, autoriza a los responsables a extraer árboles que se encuentran plantados en las veredas y que, por consiguiente, forman parte del arbolado público.

Dado ese contexto anárquico y, por cierto, contrario a lo que establecen las ordenanzas, cobra importancia la reunión sostenida en estos días por entidades ambientalistas, nucleadas en el foro de defensa del árbol y así analizar distintas líneas de acción para reclamar respuestas a la Municipalidad con miras a la preservación y fortalecimiento de los ejemplares, en calidad y cantidad.

Como se sabe, el foro fue creado a principios de 2019 y está integrado por vecinos, especialistas, artistas, profesionales, asociaciones y distintas organizaciones no gubernamentales (DNI, Defendamos La Plata, Proyecto Arbórea, COA, UPAK, CIAFBA Región Centro, Vida Árbol y Nuevo Ambiente, entre otras).

Es mucho lo que la Ciudad debe mejorar en este aspecto. Y lo primero que hace falta es contar con un censo forestal que defina la cantidad de ejemplares existentes, la situación en que se encuentran, el tipo de especies y su cuidado, entre otras condiciones que debieran cumplirse.

Hace ya muchos años que La Plata necesita contar con un censo completo del arbolado público, con un plan estratégico y una política forestal integral que sean acordes al enorme patrimonio natural con que cuenta, convertido desde su fundación en una de las notas fidedignas y más características de nuestra ciudad.

En temas que son naturalmente muy específicos y además muy sensibles, se ha dicho siempre que es conveniente convocar a especialistas y a todas las voces autorizadas. Por otra parte, en lo concerniente al arbolado público no puede otorgárseles a los particulares, bajo ningún concepto, la discrecionalidad de talar ejemplares, debiéndose además acentuar campañas de concientización sobre el valor que tiene cada árbol. Junto con ello, corresponde que la Ciudad sepa con cuántos árboles cuenta, cuántos harían falta plantar y a partir de allí diseñar políticas ambientalistas y ecologistas actualizadas.

 

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