Un vínculo sospechado y el pedido por Gendarmería
Edición Impresa | 5 de Febrero de 2022 | 05:01

En Puerta 8, esa barriada popular que ganó fama y exposición a partir de una tragedia colectiva, hay miedo y muchas sospechas. Los vecinos creen que hay policías que juegan a favor de los narcos y por eso piden, desesperados, la presencia de Gendarmería.
Los relatos suenan creíbles, convincentes, y los testigos no son de oídas. Lo que dicen no es porque se lo contaron, sino porque lo vieron.
En ese contexto, describen una mecánica tan aceitada como preocupante.
Todo comenzaría con la llegada de la droga desde la Villa 18, que queda a pocas cuadras de distancia, en San Martín, que sería entregada a los llamados “esquineros”. Ellos la reciben ya fraccionada para la venta y la harían circular.
A partir de ese momento, el “trabajo” se divide en tres turnos para estar activos las 24 horas.
Una vez por semana, aseguran, alguien deja una bolsa en un lugar conocido y no es porque se la olvido. Es para que la levanten quienes deben combatirlos.
El propio ministro de Seguridad provincial, Sergio Berni, confesó que cuando estaban allanando a “El Paisa”, en José C. Paz, el teléfono celular del líder narco comenzó a sonar. Eran insistentes mensajes de advertencia de la presencia de tropas uniformadas en cercanías de su domicilio.
Ahora, ¿quiénes eran los que le avisaban del procedimiento para que huya? La sospecha es clara: alguien que se cambió de vereda y saca tajada del millonario negocio de la droga.
Los vecinos recuerdan que en marzo del año pasado hubo un tiroteo entre bandas que se disputaban la venta de drogas dentro del barrio.
Desde ese momento reclamaron para que se instale una garita, pero solo consiguieron un patrullero estacionado unos pocos días. Pero ahora que el tema está en la agenda pública, todos esperan que aparezca la Gendarmería, una fuerza en la que confían más que la Bonaerense.
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