Los pibes le dieron la razón a la gente y dibujaron sonrisas
Edición Impresa | 21 de Marzo de 2022 | 05:32

Por NICOLÁS LAMBERTI
Para jugar el clásico, Néstor Gorosito pateó el tablero, metió cambios tanto en la previa como durante el juego y los más jóvenes terminaron dibujando sonrisas en la tarde del Bosque. Sobre todo, Benjamín Domínguez.
Durante la semana, el técnico probó variantes y cambió medio equipo respecto al que venía de perder ante River en el Monumental. Se metieron Guillermo Enrique, Germán Guiffrey, Nery Leyes, Brahian Alemán (cantado) y también Franco Soldano. Gorosito tomó decisiones, algunas sorpresivas y otras que ya se veían venir por decantación.
Los dos laterales cumplieron y demostraron que tenían que jugar y que, innecesariamente, estuvieron mucho tiempo afuera. Enrique demostró carácter, fuerza y potencia. El correntino se bancó el partido y no solamente cumplió, sino que también se animó a ir por más mandándose al ataque con criterio pero como un tractor.
Por su parte, el marcador zurdo, también hizo lo suyo, con sobriedad y cuidando su sector prácticamente sin sufrir demasiados sobresaltos. ¿Se le puede atribuir responsabilidad en el gol de Godoy?. Tal vez, pero en todo caso compartida.
Pipo le apostó fuerte a la materia prima y el equipo rescató un empate sobre la hora ante Estudiantes
En el medio, Leyes batalló y se impuso con su altura. Pipo lo puso, en gran parte, para que cabecee cada pelotazo que Andújar mandaba al medio de la cancha, además que para marcar. Y cumplió. Se repartió bien la responsabilidad de marca con Brahian Alemán, quien vivió el partido con las pulsaciones a mil.
El capitán, siempre motor y bandera, se ganó nuevamente el “uruguayo, uruguayo” de los hinchas corriendo y metiendo, mostrando esta vez, más sacrificio que fútbol. Lo demandaba el partido y así lo hizo.
Y por último, en el ataque apareció Soldano, quien tuvo su chance ce marcar pero Andújar se lo negó. Estuvo 45 minutos en campo, hasta que entró Eric Ramírez.
Los más pedidos salvaron la tarde
El segundo tiempo de Gimnasia fue intenso. El equipo le tiró el camión encima a Estudiantes y mucho tuvieron que ver los ingresos de Lautaro Chavez, Eric Ramírez y Benjamín Domínguez, tres “materia prima” de los más pedidos por los hinchas. Los últimos dos terminaron empatando el juego. Por la picardía del más chico y el oportunismo del mayor.
Lo mereció antes Gimnasia y el travesaño le dijo que “no” a Cristian Tarragona, de gran partido, pero el premio llegó en el descuento después de tanto insistir y de atosigar al rival.
Probó Benjamín al arco (siempre hay que patear y de eso se trata el juego), se la escapó a Mariano Andújar, que había sido la figura del rival, y antes de que cruzara la línea apareció Eric para hacer sonreír al Bosque y para demostrar, entre otras cosas, que siempre cumple.
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