VIDEO. Panaderías en crisis: con números que no cierran, bajan persianas

En el sector se asegura que muchos factores confluyen para complicar el panorama, entre otros, el aumento constante de las materias primas

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El cierre de una tradicional panadería de City Bell refleja, según diversas fuentes de ese segmento de la producción y el comercio, las penurias que atraviesa un sector acorralado por los constantes aumentos de la materia prima, por el costo de las cargas laborales, los alquileres y hasta por los cambios de hábitos. Se calcula en la Ciudad que en los últimos cuatro años bajaron la persiana varias panaderías. Entre esas, algunas con añeja historia.

Hugo Natale, secretario general de la Asociación de Propietarios Panaderos de La Plata sostuvo que en el Centro no quedan muchas panaderías y que otras encontraron en la reconversión la manera de salir a flote.

“Ya hace varios años que en las panaderías se puede vender otro tipo de alimentos. Es una especie de fábrica de venta directa al público, un negocio complejo”, sostuvo el dirigente.

En relación a las complicaciones que atraviesa la actividad, más allá de lo que está vinculado a la suba constante de las materias primas, Natale opinó que las panaderías atravesaron momentos buenos en los que, por ejemplo, hicieron inversiones o tomaron personal, y otros en los que les costó mantener esa infraestructura.

“A veces se trabaja a pérdida hasta que no se da más, hasta que se cortan todos los créditos y no queda más remedio que cerrar”, apuntó.

El dirigente recordó la década de los ´90 en la que cerraron unas 200 panaderías platenses y sostuvo que si no se acomodan los costos (la bolsa de harina pasó de mil a dos mil pesos en pocas semanas), el panorama va a ser muy dificultoso para muchos establecimientos.

Carlos Proia, al frente de una panadería cercana a la Terminal de micros, fue concluyente: “estamos todos en la lona”. En la lista de dificultades enumeró: el aumento de las materias primas y de los alquileres, el costo laboral - con el agravante de que cuesta conseguir personal especializado - y la retracción del consumo.

“No hace mucho cerró una panadería en 5 y 42 que seguramente no pudo hacer frente a la competencia porque le pusieron cerca una casa de comidas que vendía los mismos productos”, sostuvo el panadero.

En los últimos días, muy a su pesar, Proia tuvo que llevar las facturas de 300 a 400 pesos la docena porque, según aclaró, aumentaron desde la harina, hasta la grasa, la manteca, los huevos y el dulce de leche.

“Históricamente se pagó por el alquiler de una panadería el equivalente a mil kilos de pan, algo que hoy en día es imposible de afrontar”, agregó.

Cierre de “La Belgrano”

En las últimas horas se conoció la noticia de que la tradicional panadería de City Bell “La Belgrano” bajó sus persianas, tras seis décadas de funcionamiento. Pablo Montiel, uno de sus dueños, le dijo a EL DIA que la decisión va de la mano de “una tristeza tremenda, no cierran los números”.

La panadería, ubicada en el Camino Belgrano y 472, tiene en su ADN casi seis décadas de historia vinculada a un proyecto familiar.

El comerciante aseguró que allí llegaron en primer lugar sus abuelos y luego sus padres. “Ahora estábamos mi hermana y yo tratando de dar una lavada de cara y modernizando el negocio. Pero es difícil. Teníamos muchas cosas que remontar”, sostuvo.

Como todo cierre de ciclo, para él fue inevitable recordar las vivencias de un trabajo que demanda muchas horas del día. “La vida del panadero es sacrificada. Yo trabajé acá de chico. Después trabajé en Buenos Aires, en el Sur. Pero se hace difícil cuando ya no te es rentable. Arrancó la pandemia y tuvimos muy poca ayuda de lo que fue ATP y todo eso”.

Recordó que sus padres llegaron de Quilmes a los 10 años y con esfuerzo lograron comprar la propiedad. “Siempre remando mucho. La verdad es que por más que le pongas mucho cuerpo, no te rinde”, concluyó y anticipó que seguirá en la producción para el reparto hasta que se acomode su situación.

 

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