Pidió medialunas, pero “facturó” la recaudación

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A media mañana del miércoles, un joven de unos 25 años entró en una panadería del barrio La Loma y, la empleada que lo atendió, jamás sospechó que tenía frente a sus ojos a un delincuente.

¿Por qué? Adriana Okulchik (47), la propietaria de “Macedonia”, el local que está en 18 entre 41 y 42, explicó ayer a este diario que ese muchacho “estaba bien vestido, era alto, de 1,80 metros de altura, pelo castaño, tenía puesto el barbijo y vestía un buzo, bermuda y zapatillas. No tenía aspecto de ser un ladrón”.

Así lo sentenció en base a lo que le comentaron su empleada, de 53 años, y el hijo, de 25, que estaba trabajando en la parte posterior del negocio.

Afuera, la realidad fue otra muy distinta. Testigos que vieron en la cuadra a quien resultó ser el cómplice, indicaron que “el chico aparentaba tener 14 años, tenía puesta una gorrita con visera y su aspecto no era prolijo como el que se metió a robar en la panadería”.

La dueña del negocio precisó que lo que constituyó el primer caso de inseguridad en cerca de un año que lleva al frente de su comercio, “ocurrió a las 10 menos cuarto (del miércoles)”.

Sobre el inicio del asalto, Okulchik consignó que “apenas ingresó a la panadería, el ladrón le dijo a mi empleada que iba a comprar una docena de medialunas saladas”.

Como rutina habitual, la vendedora entonces se dio vuelta para comenzar a cargar la mercadería en una bolsa de papel madera.

Pero el falso cliente se encargó enseguida de hacerle saber de sus verdaderas intenciones.

“Sacó un arma de fuego, le apuntó y, tras saltar el mostrador, la llevó de esa manera hasta el sector del fondo, donde estaba trabajando mi hijo”, indicó la comerciante.

“LOS HIZO ARRODILLAR”

Seguidamente, Okulchik reveló que “los hizo arrodillar y mi hijo intentó tranquilizarlo. Pero siguió en la suya y nos robó unos 3.000 pesos, un celular y pidió la llave del local, aunque se fue con una equivocada por suerte”.

Por último, la comerciante relató que “justo entró un cliente, pero lo echó apuntándole con el arma. Después huyó con el cómplice”.

 

 

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