El manual de la pelota parada y la joya distinguida de Boselli
Edición Impresa | 27 de Abril de 2022 | 04:00
Por MARTÍN MENDINUETA
Con el pecho inflado de orgullo y varias aristas cautivantes de su juego, Estudiantes envió anoche un claro mensaje para todos los que siguen con atención el desarrollo de la fase de grupos de la Copa Libertadores de América. Está tan dispuesto como convencido a pelear, sin pausa y sin un rasgo de timidez, para realizar una gran campaña.
Teniendo entre sus sólidos argumentos la personalidad y el respeto por su historia, este León del Ruso demostró anoche que cuenta con todos los fundamentos como para sentirse capaz de seguir escribiendo una página realmente esperanzadora.
Después de haber trabajado con oficio para bloquear las dificultades que le planteó un buen equipo paulista, primero fue eficaz, de nuevo, con la pelota detenida; y luego, se despachó convirtiendo un golazo de altísima jerarquía en la resolución distinguida de uno de sus jugadores más queridos.
NOCHE BRAVA ANTE UN RIVAL QUE SE HIZO RESPETAR CON BUEN ESTILO
La nítida sensación que había quedado flotando al término del primer tiempo fue que el anfitrión estaba enfrentando a un oponente más que respetable y dueño de un libreto basado en la técnica.
Demostró que tiene los fundamentos de un rival durísimo para cualquiera que se le ponga enfrente
Las dos situaciones de gol clarísimas del dueño de casa (Del Prete no bien comenzó el partido y la de Rogel cuando su disparo rebotó en el palo izquierdo) fueron momentos puntuales un tanto ajenos al desarrollo extremadamente parejo.Por supuesto que los brasileños no generaron tanto peligro, pero igual se ganaron el respeto de la multitud albirroja que reconoció su pulcritud en la tenencia del balón.
Con las situaciones no convertidas y el golpe anímico por la salida obligada de Pellegrini, el Pincha se fue al descanso intuyendo que nada de lo que quería conseguir le sería sencillo.
DOS IMPACTOS MUY DIFERENTES GRITADOS CON IDÉNTICA FELICIDAD
Cuando se presumían dificultades, el segundo tiempo trajo, temprano, el primer alarido tranquilizador. Estudiantes logró quebrar el cristal de la resistencia de Bragantino con una de las especialidades que más satisfacciones le ha deparado a lo lardo de su rica historia: su probada eficacia para facturar en las jugadas con pelota detenida.
Todavía saboreando ese logro tan valioso, llegó el segundo. Boselli sacó de su repertorio una verdadera joya. En el minuto trece, marcó su décimo tercer gol copero y subió al mismo escalón record como artillero del certamen junto a la Bruja Juan Ramón Verón. La manera de acariciar la pelota para que volara hacia la red, dejando impotente a Cleiton, fue una belleza que rozó la perfección.
Después, vinieron los cambios atinados y las dulces ovaciones para los que fueron saliendo.
La noche terminó con otra satisfacción grande para quienes siguen construyendo sueños. Así transita su actualidad: ganando y sembrando ilusiones.
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