Gustav Klimt: la deconstrucción de la mujer a través de sus ilustraciones

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VIENA

Amor, sexualidad y erotismo embriagan a los cuadros de Gustav Klimt (1862-1918) pero también a sus ilustraciones, en las que encontró una vía perfecta para estudiar la figura femenina como una fuente de excitación y el origen de la vida humana.

Así lo muestra “Gustav Klimt: Los dibujos”, la última exposición del Museo Albertina Modern de Viena que cuenta con un centenar de ilustraciones que profundizan en la técnica y el universo intelectual del gran artista austríaco.

La exposición, que puede visitarse hasta el 17 de julio, es la primera que dedica el Albertina Modern -una sucursal del histórico museo Albertina- a Klimt en solitario.

El centenar de dibujos de Klimt analizan las poses y gestos del ser humano, en especial de las mujeres, con figuras en estado de ensueño, contemplación y de éxtasis erótico.

Según explica en el catálogo de la muestra el director del Albertina, Klaus Albrecht Schröder, estas ilustraciones de Klimt “revolucionaron la representación de los desnudos del cuerpo femenino y abrieron el camino a expresionistas como Egon Schiele y Oskar Kokoschka”.

De hecho, el ciclo de la vida es una constante en los dibujos del artista, quien obtuvo especial popularidad por sus desnudos de mujeres y temas eróticos que encontraron su expresión sublime hacia el final de su vida.

Más allá del erotismo de los desnudos femeninos, muchos de ellos creados en el curso de alegorías monumentales, Klimt también capturó la modernidad de la sociedad vienesa a final del siglo XIX y al inicio del siglo XX a partir de los retratos de mujeres.

Con estos dibujos, algunos de ellos que culminarían en cuadros, el artista exploró los gestos humanos, así como el efecto y detalle de los vestidos de las vienesas de la época.

Un ejemplo de ello es el retrato de Sonja Knips (1898), obra revolucionaria para el pintor que lo alejaba de su formación académica para alcanzar su propio estilo.

La colección también ofrece una visión de las diferentes fases creativas de Klimt, entre las que destacan los primeros bocetos de famoso “El Beso”, su obra maestra, y las ilustraciones sobre el Friso de Beethoven, un mural alegórico que homenajea al compositor en el Pabellón de la Secesión de Viena. (EFE)

Vista de la exposición “Gustav Klimt: Los dibujos”, en el Museo Albertina de Viena / EFE / Marina Sera

 

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