Visto y oído en las veterinarias

Edición Impresa

Algunos veterinarios y dueños de pet shops cuentan, en forma anónima, algunas anécdotas:

“Un señor mayor le había hecho una mesita para que coma el perro. Le servía la comida en la mesa”.

“Una vez vino una chica de unos veintipico con la madre. Tenían un perro macho y se le montó en la chica en la pierna. La madre le dijo ´dejá que termine y después te cambiás el pantalón`”.

“Muchas personas, cuando tienen al perro o al gato internado en la veterinaria, nos preguntan si pueden venir a hacerles compañía. Una señora de unos 40 años venía y decìa si se podía acostar y se quedaba una hora acostada al lado del perro”·.

“Es muy común que cuando entran a la veterinaria te digan ´Saludá a los chicos`y cuando se van, digan `Deciles chau`”.

“Cada vez hay más personas que le compran pijama al perro. Y se los ponen llevarlos a dormir”.

“Vino una familia, que había rescatado a un ternerito en el campo y lo adoptaron como una mascota más de la casa. Tiene nombre y es como un perrito más para todos”.

“A un matrimonio mayor se les murió el perro, de 14 años, y el señor nos pidió que lo enterremos en un terreno baldío en una dirección específica, para cuando él se despertaba, pudiera mirar para donde estaba enterrado su mascota”.

“Hay productos para mascotas que son una cosa increíble: tenés las bombachas de castidad, para las perras cuando están en celo. Vienen con el espacio para que les pongas un protector diario. Es una bombachita de encaje”.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE