Acoso escolar: señalan que los padres cumplen un rol clave

La actitud de los adultos a la hora de escuchar, contener y guiar a los chicos que son víctimas de este flagelo en establecimientos educativos resulta fundamental, según indican especialistas

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Un informe publicado recientemente por la Unesco revela que más del 30 por ciento de los alumnos han sido víctimas de acoso y que en la mayoría de los casos esa situación ha tenido para ellos consecuencias en su rendimiento escolar además de dejarles profundas secuelas a nivel emocional. Se trata de un porcentaje mucho mayor al que la mayoría de los padres llega a visibilizar, lo que habla de las dificultades que tienen los adultos para entrar en contacto con este tipo de situación.

“Las causas de que un niño o niña esté hostigando a otro son múltiples; pueden reflejar problemas a nivel familiar, pero también puede deberse a otros motivos. En cualquier caso, como padres es muy difícil darnos cuenta de que alguno de nuestros hijos o hijas está manifestando conductas de agresión o maltrato hacia los demás”, señala el licenciado en Psicología Mauro Moyano, quien afirma que por ese motivo “debemos estar atentos y abiertos a las indicaciones y sugerencias” que puedan surgir desde el ámbito escolar.

Integrante de diversos equipos interdisciplinarios especializados en educación, Moyano sostiene que el rol de los adultos no pasa sólo por estar atentos a la posibilidad de que nuestros hijos puedan estar involucrados directa o indirectamente en una situación de acoso escolar.

“Al tratarse de un fenómeno grupal en donde los actores son niños en etapa de formación hay que tener mucha cautela con los rótulos o términos psicopatologizantes que utilizamos, para que estos no se cristalicen y terminen definiendo al sujeto. El niño o niña que en un grupo cumple el rol de acosador, puede ser víctima de violencia en otro espacio; a su vez una víctima puede tomar el rol de acosador en otro ámbito. El núcleo familiar influye sobremanera en la forma que ellos se vinculan y forman lazos con el otro, la escuela es el espacio por excelencia en donde el niño y la niña se encuentran con lo no familiar, y también donde expresan sus dramas íntimos”, explica.

De ahí que “es fundamental fomentar desde casa el respeto y el buen trato hacia los demás, hablando con nuestros hijos e hijas acerca de lo que significa el espacio escolar en cuanto a diversidad, respetando esas diferencias y aceptándolas como parte de la singularidad de cada sujeto. Como adultos es nuestra responsabilidad realizar todo lo que esté a nuestro alcance para revertir estas conductas y promover lazos de solidaridad ante una ocasional víctima”, dice Moyano.

UN TEMA DIFÍCIL DE HABLAR

Lo cierto es que hablar de acoso escolar con los hijos no siempre es fácil, lo que suele conducir a que se postergue indefinidamente su abordaje, señalan desde el Equipo Anti Bullying Argentina (ABA) una organización que volvió a difundir algunas orientaciones o sugerencias para abordarlo de manera eficaz.

“Suele creerse que los padres que necesitan hablar sobre bullying son sólo aquellos que sospechan que sus hijos podrían estar involucrados directamente en el problema. Sin embargo, generar conversaciones con nuestros hijos en donde se pueda tocar esta temática es una tarea de todos”, señala la psicóloga infanto-juvenil Candelaria Irazusta, fundadora de la organización.

“El Bullying no es un problema entre una víctima y un agresor, sino que es un problema de grupo en donde todos los chicos tienen un rol y por tanto, todos los padres necesitan intervenir -resalta Irazusta-. Tomar conciencia de la importancia de nuestra influencia como padres nos abre a la posibilidad de poder comenzar la conversación antes de que suceda, para no sólo prevenir futuras situaciones sino también fortalecer sus competencias emocionales y sociales, que son parte fundamental de las herramientas que necesitará a lo largo de toda su vida.

Para abordar la temática con los hijos, el Equipo de Anti Bullying Argentina recomienda aprovechar las situaciones cotidianas y hacerlo de manera espontánea.

“Las oportunidades para hablar sobre este tema surgen de manera diaria, y pueden aparecer en cualquier momento: mientras van de compras, en la plaza, de camino a la escuela, etc. Muchas veces no es necesario preparar un escenario formal para tener esta charla porque las situaciones se dan de manera espontánea. De hecho, los discursos o charlas muy serias, alejadas de las realidades y del vocabulario de los chicos en general no suelen ser muy efectivas”, sostiene Irazusta.

A su entender, igualmente importante es “preguntarles a los chicos lo que saben del tema y guiar la conversación involucrándolo activamente, haciendo preguntas, contando experiencias, y sobre todo, escuchándolos y trasmitiéndoles que cada uno de sus comentarios es interesante e importante”.

Otra clave es evitar las preguntas directas del tipo “¿Te están haciendo bullying? O, ¿hay bullying en tu clase? Estas “pueden no ser la mejor manera para que los chicos se abran y nos cuenten la situación. Es mejor empezar de manera más indirecta preguntándoles por ejemplo cómo estuvo su día en la escuela o hablando sobre qué hizo durante el recreo o sobre sus compañeros de su clase”, recomienda la profesional.

Como menciona Irazusta, “es importante escuchar sin juzgar”. “Muchos padres suelen criticar a sus hijos sobre la manera en que manejan estas situaciones en la escuela. Hay que evitar frases como: ‘¿y por qué no te defendiste?’, ‘“andá y devolvésela’”. Si los chicos no lo resuelven no es porque no quieren, sino porque no pueden. Por es nuestra ayuda es fundamental”.

Desde el Equipo de Anti Bullying recomiendan finalmente ofrecerse como recurso de ayuda. “Es importante que los chicos sepan que pueden contar con sus padres para compartir situaciones relativas a aspectos sociales de su vida escolar”, apuntan.

 

 

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