Murió Juan José Mosalini, el artista que supo borrar fronteras con su bandoneón
Edición Impresa | 29 de Mayo de 2022 | 05:49

El músico y compositor Juan José Mosalini, referente del bandoneón y del tango, falleció anteayer a los 78 años en Francia, país donde residía exiliado desde hace 45 años.
“Con mucha tristeza recibimos la noticia del fallecimiento de nuestro Académico de Honor Maestro Juan José Mosalini, ocurrida en Francia en horas de la tarde del viernes 27 de mayo de 2022”, publicó la Academia Nacional del Tango a través de un posteo en redes sociales.
“El Maestro -amplió- con una gran trayectoria en nuestro país, fue fundador en Francia de la cátedra de bandoneón que se transformó en una escuela única para la nueva difusión del género en Europa a partir de la década del ochenta”.
Su hijo Juanjo Mosalini, también bandoneonista, escribió en sus redes: “Nos dejaste hoy, pero te llevo en el alma. A donde mire veo tu obra. Gracias papá”.
Hijo y nieto de bandoneonistas, el artista nació en José C. Paz el 29 de noviembre de 1943 y desde pequeño tocó en diversas formaciones hasta llegar a integrar las orquestas de José Basso, Horacio Salgán y Osvaldo Pugliese.
Pero la persecución y la represión sostenida por la Triple A primero y luego por la dictadura lo empujaron a Europa, donde se radicó en 1977.
“Aunque trabajaba muy bien con Pugliese (donde integraba la fila de bandoneones con Arturo Penón, Rodolfo Mederos y Daniel Binelli), la enorme represión que tocó a todas las capas me alcanzó tanto por mi participación en el Sindicato de Músicos como por mi adhesión a la Juventud Peronista, aunque ninguna de las dos actividades fueran clandestinas”, recordó en julio de 2019, en ocasión de su visita a la Argentina con el trío que compartía con el pianista argentino Diego Aubía y el violista francés Nicolas Peyrat para una serie de presentaciones en el CCK y en el Festival de Tango en La Usina del Arte.
Fue entonces que el músico llegó a París “el 1 de abril de 1977 para participar de un disco de Chango Farías Gómez que se llamó ‘Lágrimas’ y al poco tiempo empecé mi carrera solista allá”, precisó en aquella entrevista.
De aquel incierto desembarco, el artista ponderó la ayuda del acordeonista Marcel Azzola que, subrayó, “fue una persona particularmente generosa”: “Cuando llegué a Francia me ayudó mucho, sostuvo mi proyecto, me hizo hacer la primera televisión y compartimos varias experiencias”.
Mosalini creó en 1989 la primera cátedra de bandoneón de Europa en el conservatorio de Gennevilliers (suburbio al norte de París), donde se forjó un semillero que convirtió a ese lugar en la capital del bandoneón europeo.
Pero además de su tarea formativa y difusora, Mosalini trajinó escenarios y grabaciones mostrando su estilo hondo, preciso, depurado que lo unió con Gustavo Beytelman, Enzo Gieco y Tomás Gubitsch, entre más, formando los grupos Tiempo Argentino y más tarde el Cuarteto Canyengue.
De su etapa europea corresponden obras como el tango “Fueyazo”, la milonga “Siempre milonga” y el candombe “Nuevo San Telmo” (los tres en colaboración con Daniel Binelli) y el candombe propio “Sábado negro”. Pero, además, estuvo en contacto con la necesidad de poner al tango a dialogar con otras músicas viajando fugazmente a Buenos Aires para tocar en el Luna Park junto al grupo Alas y Luis Alberto Spinetta.
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