Revés para Johnson en elecciones británicas

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El partido nacionalista Sinn Féin se encaminaba a una histórica victoria en Irlanda del Norte y los conservadores británicos sufrieron importantes pérdidas en Inglaterra, según los primeros resultados de las elecciones locales británicas que suponen un duro revés para la figura del primer ministro Boris Johnson.

En el caso de los comicios norilandeses el recuento provisional era más lento por lo complejo de su sistema, pero las primeras cifras oficiales mostraban que el Sinn Féin, antiguo brazo político del IRA y defensor de la reunificación de Irlanda, se impondría tal como habían adelantado las encuestas.

La agrupación recibió el 29% de votos de primera preferencia, frente al 21,3% del Partido Democrático Unionista (DUP), mientras que el Partido Alianza, de centro liberal no sectario, obtuvo el 13,5% y se afianza en la tercera posición.

Sigue el recuento

El recuento seguirá hoy y terminará de definir la composición final de los 90 escaños que componen la Asamblea de Belfast, pero esta tendencia permitiría a la líder del Sinn Féin, Michelle O’Neill, presentarse al puesto de ministra principal, un cargo nunca ocupado por un político nacionalista en los cien años de historia de la región británica.

Tras el Acuerdo de Viernes Santo firmado en 1998 para poner fin al conflicto de Irlanda del Norte, unionistas y republicanos están obligados a compartir Gobierno, pero el DUP ya advirtió de un posible bloqueo del futuro Ejecutivo.

Esto es porque desde la agrupación se oponen al llamado Protocolo de Irlanda del Norte, pautado entre Londres y la Unión Europea (UE) tras el Brexit, la salida británica del bloque que fue uno de los temas centrales en las elecciones norirlandesas.

Ese acuerdo busca evitar el regreso de una frontera dura que rememore las décadas de conflicto entre Irlanda del Norte, que forma parte del Reino Unido, y la República de Irlanda, país que integra el bloque europeo.

Para ello se estableció que el territorio del norte siga perteneciendo al mercado común europeo y que los controles aduaneros se establezcan entre las mercancías que se dirigen desde y hacia Gran Bretaña, la isla en la que se ubican Inglaterra, Escocia y Gales.

Para los monárquicos esta situación pone en peligro su unión con la corona británica, pero además esta nueva frontera marítima generó una crisis de legitimidad al gobierno que comandaban ya que elevó el costo de vida con una inflación en aumento y generó una crisis del gas y la electricidad que se suman a los problemas de la falta de viviendas. Esta situación es un dolor de cabeza para Johnson, quien fue una de las caras más visibles a favor de la campaña del divorcio con la UE.

A medida que avanzaba el conteo de los resultados de las elecciones locales del Reino Unido, el opositor Partido Laborista lograba el control en los consejos de Wandsworth, West Oxfordshire, Southampton, Barnet y Westminster, arrebatándole en Inglaterra docenas de escaños al Partido Conservador del premier.

 

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