Emoción con niños hipoacúsicos: grabaron con la voz de Nito Mestre

Una convocatoria del músico Mariano Irigoyen reunió al ex Sui Generis y a artistas del taller “Música para crear y crecer”

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En el teatro Brazola de Chascomús suenan dos clásicos del rock nacional, “Aprendizaje” y “El fantasma de Canterville”. Y en la voz, graba el ex Sui Generis Nito Mestre, acompañado por un ensamble musical integrado en la percusión por niños hipoacúsicos. La emoción embarga a todos, pero principalmente al abogado y músico platense Mariano Irigoyen, el mentor de una emotiva experiencia de inclusión a través de la música que conmovió a todos.

Porque Mariano Irigoyen fue durante ocho años baterista del legendario grupo Sui Generis que protagonizaban el mismo Nito Mestre junto a Charly García, hasta que perdió la audición, lo que significó para él un golpe durísimo.

“En ese momento tenía 26 años – cuenta - y estaba en el lugar al que quería llegar, acompañando a un gran artista. Pero de a poco fui dejando de escuchar, tuve que dejar de tocar y eso fue un golpe muy duro para mi”.

Todavía conmovido por la actuación de los chicos de Chascomús que son también sus alumnos y sus pares, Mariano recuerda que “pasé 10 años en silencio, viendo a distintos médicos, tratamientos y buscando distintos recursos, hasta conseguir audífonos apropiados. Pero la pasión me hizo volver a tocar y a entender que la música no es sólo auditiva. Hay ritmo al caminar, al correr, en los latidos del corazón, y así decidí generar un taller inclusivo con un método de enseñanza para las personas que no pueden escuchar. Así nació el taller “Música para crear y crecer”, que en esta grabación contó con las presencias de Nito, de Ernesto Salgueiro y del “Cana” San Martín, un verdadero lujo”.

A su lado, Nito Mestre se mostraba agradecido y también conmovido por el afecto y la dedicación de los chicos hipoacúsicos que conformaron el ensamble.

“Cuando Mariano me propuso venir, de inmediato le dije que sí – señala el ex Sui Generis – y en realidad fue una experiencia muy enriquecedora, porque se logró una formación inclusiva donde se notó de inmediato la buena química y el mejor ánimo”. Logramos comunicarnos de otra manera, y grabar con precisión y delicados arreglos. Es muy importante que estos jovencitos hagan música, que podamos hacerlo juntos. Además me enseñaron el lenguaje de señas, y rápidamente nos relacionamos como si fuéramos viejos conocidos. La verdad es que ver sus sonrisas y abrazarnos después de grabar, fue algo muy gratificante”.

LA ALEGRÍA DE LOS CHICOS Y SUS PROFESORES

Desde otra perspectiva, la profesora de Música Claudia Quiroga recuerda que “esta propuesta comenzó antes de la pandemia, y cuando llegó Mariano, en el año 2019, nos entusiasmamos mucho, pero lógicamente el aislamiento tan largo interrumpió el proceso”.

“Los chicos que participaron hoy – añade Quiroga - Santiago López, Darian Inga e Iñaki Garbizu, son parte del grupo que también integran Valentina Ríos y Iara Xión, y hacer música los motiva mucho, nunca faltan a las clases y esperaron con muchísima ansiedad y nerviosismo este día. Realmente estamos muy felices por lo que logramos y agradecidos a Mariano y a Nito, un artista que recorrió el mundo, cuya sensibilidad y humildad, son valores admirables”.

“La pasión me hizo volver a tocar y a entender que la música no es sólo auditiva”

El ensamble musical fue también integrado por el guitarrista Ernesto Salgueiro, quien también fue parte de la grabación y además de interpretar su instrumento hizo los arreglos de cuerdas, que tocaron Enzo Genaro (bajo); Micaela Hueraman (violoncello); Sofía Gutiérrez (viola) y Octavio Luna (violín), quienes al igual que Maximiliano Coria (piano), forman parte de la orquesta municipal, mientras que también hicieron un aporte imprescindible en lenguaje de señas las profesoras Mariel Núñez y María Laura Pérez.

“Estoy muy agradecido - afirma Salgueiro, quien además de tocar desde hace 28 años con Mestre suele acompañar a Ismael Serrano y a otros músicos consagrados – porque viví un día hermoso. Apenas me lo contó Mariano le dije que quería estar, y resultó muy fuerte la experiencia de entendernos por la gestualidad y las miradas, y desde ya les dije a todos que pueden contar conmigo siempre”.

Entre los técnicos que participaron de la grabación, estuvo también un “groso” como el “Cana” San Martín, el sonidista que suele trabajar con Chano y Charly García, entre otros rockeros.

“Mi acercamiento a Mariano – cuenta - tiene que ver con que yo padezco tinnitus. La audición es mi herramienta de trabajo, y por lo tanto me puse a estudiar el tema. Pero lo que hicieron estos chicos es maravilloso. Buscamos que sintieran la música, pusimos parlantes graves en el piso para que pudieran, a través de la madera hueca del suelo, sentir como el bajista llevaba el pulso para que ellos le pongan la percusión arriba. Ellos tienen un método buenísimo que ideó Mariano, utilizando la mecánica cognitiva, no como la hacemos nosotros, sino con la percepción psicofísica de las frecuencias. Es muy interesante”.

Rodeado de sus alumnos, también hipoacúsicos como él, el platense Mariano Irigoyen remarcaba que “estoy muy feliz, con esta grabación pasamos un límite y vamos a seguir en esta línea. Cuando yo quedé sordo, la vida me puso sorpresivamente en un lugar inesperado. Sentí el aislamiento, la discriminación y el dolor de no entender muchas cosas, pero eso me sirvió para empezar de nuevo y saber que igualmente se puede vivir plenamente, eso es lo que quiero transmitir a todos los hipoacúsicos”.

 

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