Rusia sigue su ofensiva en el este de Ucrania y lo convierte en un infierno

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KIEV, UCRANIA

La maquinaria militar rusa continuó ayer con su feroz ataque para acabar con las defensas ucranianas. Mientras tanto, las consecuencias de la guerra sobre los suministros de comida y combustible pesan cada vez más sobre la gente en todo el mundo entre advertencias de que los combates podrían prolongarse durante años.

En la región de Lugansk, en el este de Ucrania y que en las últimas semanas ha centrado los esfuerzos de Moscú de imponer su voluntad a su país vecino, se libraron combates por el control de varios poblados cercanos a Severodonetsk y Lysychansk, dos ciudades de Lugansk que aún no han sido tomadas por Rusia.

Los ataques aéreos y de artillería a las afueras industriales de Sievierodonetsk se han intensificado, señaló el gobernador de Lugansk, Serguéi Gaidai.

Gaidai agregó que la situación en la ciudad es “muy difícil”, y las fuerzas ucranianas sólo mantienen el control sobre una zona, la planta química de Azot, donde hay combatientes ucranianos y unos 500 civiles refugiados.

Las fuerzas rusas siguen desplegando más tropas y equipamiento en la zona, señaló. “Esto es un infierno. Todo está envuelto en llamas, los proyectiles no cesan ni por una hora”, afirmó Gaidai en comentarios por escrito.

Apenas una pequeña parte de las 100.000 personas que vivían en Sievierodonetsk antes de la guerra siguen allí, sin electricidad, comunicaciones, alimentos ni medicamentos.

Aun así, dijo Gaidai, la firme resistencia ucraniana impide que Moscú traslade sus recursos a otras partes del país. El Ministerio británico de Defensa indicó que la guerra no está saliendo como querría Rusia, pese a su superioridad militar.

Las tropas rusas están “exhaustas”, dijo ayer el Ministerio británico en un reporte de inteligencia, en el que atribuyó las dificultades rusas para ganar terreno con más rapidez a un apoyo aéreo insuficiente.

En todo el mundo, mientras tanto, los conductores están reconsiderando sus costumbres y finanzas personales ante un aumento de los precios de la nafta y el diésel, impulsado por la guerra y la recuperación global del Covid-19. Los precios de la energía son un motor clave de la inflación que sube en todo el mundo y encarece el costo de vida.

Responsables diplomáticos de la Unión Europea (UE) se reunieron ayer en Luxemburgo para conversaciones centradas en Ucrania y seguridad alimentaria.

El jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, pidió a Rusia que levante su bloqueo de los puertos rusos para ayudar a transportar los millones de toneladas de grano que esperan a ser exportados. (AP)

 

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