Lasso levanta el estado de excepción en Ecuador pero la tensión no cede

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QUITO

El clima de efervescencia social no cede en Ecuador, donde las protestas indígenas continúan pese a que el sábado, el presidente Guillermo Lasso dio por terminado el estado de excepción que regía en seis provincias del país, como una “muestra de apertura al diálogo y de generar un espacio de paz”, según se señaló un comunicado oficial.

Al frente de las protestas, en las que han muerto cinco manifestantes y se cuentan cientos de heridos entre uniformados y aborígenes, está la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie).

Lasso culpa del caos al titular de esta organización, Leonidas Iza.

“Aquí no hay un luchador social, aquí hay un anarquista (...) que quiere derrocar un gobierno”, aseveró el sábado el gobernante en una entrevista con CNN.

En paralelo cientos de manifestantes han salido a las calles de Quito en rechazo a la rebelión indígena, con banderas blancas y en caravanas de automóviles.

“Estamos totalmente conscientes de que en estos días de lucha se ha generado desabastecimiento. Si el gobierno no se hubiera puesto tan necio, seguramente no hubiéramos estado tantos días aquí”, declaró en un video Iza, con su tradicional poncho rojo y sombrero negro.

Ecuador, cuya dolarizada economía empezaba a recuperarse de los efectos de la pandemia, está perdiendo unos 50 millones de dólares diarios por la crisis con los indígenas, según cifras oficiales.

La industria petrolera, el principal rubro de exportación ecuatoriano, está produciendo al 54 por ciento de su capacidad, por la toma de pozos y los cortes de ruta, que ayer llegaban a 19 de las 24 provincias.

Sin mayor respaldo político, Lasso cuenta por ahora con el apoyo de los militares, que cerraron filas en torno a su gobierno.

DEBATEN DESTITUIR A LASSO

En este marco, el Congreso de Ecuador debatió ayer por segundo día consecutivo sobre la conveniencia de destituir a Lasso, acusado por un sector opositor de provocar “la conmoción interna” que dejan dos semanas de protestas indígenas.

La destitución del mandatario requiere 92 de los 137 apoyos posibles en el Congreso. Después de los debates, los diputados tendrán un máximo de 72 horas para votar.

De ser aprobado, el poder lo asumirá el vicepresidente, Alfredo Borrero, y se llamará a elecciones presidenciales y legislativas para el resto del período (hasta 2025).

El sábado hubo casi ocho horas de deliberaciones en una sesión virtual. La bancada de Unión por la Esperanza, afín al expresidente socialista Rafael Correa (2007-2017), acusó a Lasso de la “grave crisis política y conmoción interna” que sacude al país desde el 13 de junio, con manifestaciones y bloqueos casi diarios.

En ausencia del jefe de Estado en la sesión, el secretario jurídico asumió la defensa del exbanquero. “Los asambleístas buscan desestabilizar la democracia”, declaró el abogado Fabián Pozo como antesala del debate.

Unos 14.000 indígenas protestan en Ecuador, indignados por el elevado costo de vida y la pobreza que castiga a sus territorios agrícolas. En Quito, las marchas reclaman por alivios como disminuir el costo de los combustibles y una moratoria de los créditos bancarios para los campesinos. (AFP)

Pedido papal
El papa Francisco llamó ayer a la calma a todas las partes ante la sangrientas protestas indígenas registradas en Ecuador. “Sigo con preocupación lo que está sucediendo en Ecuador”, dijo el pontífice argentino tras el oración semanal del Ángelus en el Vaticano.

 

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