VIDEO. Malvinas sigue siendo una zona de descontrol
Edición Impresa | 5 de Junio de 2022 | 04:03

Los problemas para descansar por la noche en los alrededores de la Plaza Malvinas son de “vieja data” a esta altura, pero van en aumento, según la indignación que invade a vecinos de esa zona.
Cada fin de semana, la actividad con modos de boliche sobre el predio o en los comercios de expendio de cerveza y hamburguesas, enloquecen. En las casas y edificios linderos miran hacia 20 y 50, en una de las puntas del predio verde, donde está la base del área de control urbano de la Municipalidad. De allí parten las inspecciones por la nocturnidad en la Ciudad.
Ayer, desde varias viviendas en las adyacencias denunciaron que volvieron a vivir otra noche complicada y sin poder pegar un ojo. Las quejas por ruidos, música, motos y hasta gente aglomerada en la calle se repitió una vez más.
“Esto viene pasando desde hace rato y la última semana sucedió por lo menos tres veces”, le comentó José F. a este diario. Vive en la zona de la esquina de 19 y 54.
“La policía viene, pero no le dan pelota, parecería que no tienen autoridad”, lamentó.
Según el testimonio del vecino y otros que se plegaron al reclamo, el problemas es más o menos similar al de siempre.
Por un lado la gente que se junta frente al sector de cervecerías sobre avenida 19 y ocupan la rambla, y por el otro las motos y los que hacen “noche” en la plaza.
Bombos, explosiones
“Esta vez había bombos y pirotecnia. Suponemos algo relacionado al fútbol, quizás por el aniversario de Gimnasia”, agregó uno de los frentistas que se comunicó con este diario.
Desde hace varios años, en la zona vienen reclamando medidas para frenar el descontrol nocturno.
El infierno de la música a alto volumen, los gritos y estruendos de motores frenó unos meses, cuando se dispuso en aislamiento por la pandemia. Solo unos meses.
Los reclamos quedaron plasmados también en una especie de mapa de zonas de ruido que tiene la Defensoría Ciudadana de La Plata. Allí se relevan denuncias por falta de respuesta ante reclamos que llegan a las líneas del Municipio o la Policía.
Hasta el momento, según le contaron a este diario desde la zona, no han conseguido medidas que frenen la locura y deben padecer las noches en vela “hasta tres veces por semana”, apuntó una vecina.
A la vez, en ese contexto se produjo otro dato para el desánimo que se comentó en el barrio. Hace algunas semanas comenzaron a recibir por debajo de la puerta panfletos en los que un operador inmobiliario de la Ciudad recomendaba vender la casa o ingresar en negociación por una permuta.
El consejo derivaba de la conclusión de que, tal como van las cosas, el problema del caos nocturno tendería a agravarse en los próximos años.
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