Ponderar e incentivar el trabajo profesional en empresas que apuestan por el país
Edición Impresa | 5 de Junio de 2022 | 04:31

Marcos Daniel Actis
Ingeniero (*)
La situación de nuestros profesionales y alumnos avanzados en carreras de la Facultad de Ingeniería de la UNLP se complejizó con la pandemia debido a que muchos de los trabajos presenciales pasaron a hacerse de forma virtual. En muchos casos, desde el hogar. Hoy en día actividades de diseño, cálculo y proyecto se pueden llevar adelante desde una computadora con programas de software que realmente son complejos y muy avanzados.
Asistimos a un escenario donde alumnos que cursan los últimos años de la carrera -y nuevos profesionales de carreras tecnológicas que usan herramientas de este tipo- son atraídos por ofertas para realizar actividades o desarrollos para el exterior. En muchas ocasiones, se hacen para empresas radicadas en Argentina, pero los pagos de los honorarios se instrumentan mediante cuentas que normalmente están fuera del país. Incluso hay casos de compañías que, si bien están radicadas en Uruguay, encargan trabajos que son llevados a cabo desde nuestro país.
La virtualidad permite a muchos profesionales, algunos en relación de dependencia en otras actividades o de manera independiente, realizar trabajos a contraturno y cobrar en dólares a través de cuentas que están en el exterior. Es decir, muchos de estos profesionales son contratados por empresas argentinas, pero con asiento en otros países, lo que lleva a que no sean detectados por la AFIP como trabajadores en relación de dependencia.
Antes de la pandemia lo común era que, para hacer actividades como las antes mencionadas, los profesionales debían estar en relación de dependencia en la Argentina o irse al exterior. Entonces, en el caso de aquellas empresas que hacían servicios para el exterior, los salarios se pagaban mediante el sistema argentino y posibilitaba el ingreso de divisas.
Si bien con las nuevas modalidades hay cierto ingreso de dinero al país, dado que los profesionales contratados viven y consumen en la Argentina, los honorarios percibidos se dividen una parte en pesos y otra en dólares depositados en el exterior que no pasan por el sistema de recaudación argentino.
En conclusión, resulta indispensable ponderar, alentar e incentivar el trabajo profesional en empresas o instituciones que apuestan a nuestro país. Los desafíos son enormes dado que estamos afrontando una situación en la que se registra escasa oferta de personal especializado a punto tal que no se pueden cubrir vacantes en áreas estratégicas para el desarrollo nacional. Por ultimo invertimos en la formación de profesionales, pagados con los impuestos de nuestro pueblo, pero los beneficios que estos producen son percibidos por otros estados.
(*) Decano de la Facultad de Ingeniería de la UNLP
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