El debate no sólo es de nombres sino también de rumbos

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Carlos Barolo

El gobierno nacional deberá definir, posiblemente hoy, no sólo el nombre del reemplazante de Martín Guzmán. También tendrá que meterse en otra decisión de fondo: si mantendrá el perfil de una política moderada como la que venía llevando adelante el ahora ex ministro o si por el contrario se terminará inclinando hacia los deseos de Cristina Kirchner.

¿Qué hará Alberto Fernández? El Presidente, por acción u omisión, terminó empujando a Guzmán. Harto de los embates del kirchnerismo y de no poder operar sobre resortes de poder centrales copados por La Cámpora, resolvió hacer las valijas. Fernández no ejecutó ninguna movida audaz para empoderar a una de las piezas centrales de su equipo. Quizás, el último eslabón de resistencia frente a la avanzada de la vicepresidenta.

El desenlace vuelve sobre el interrogante inicial. ¿Está este errático gobierno del Frente de Todos de cara a un cambio de rumbo en materia económica? ¿Tiene margen, en medio de la necesidad de cumplir el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, de ensayar un giro como el que se viene reclamando desde el Instituto Patria?

La disyuntiva, además de económica, es política. Cristina Kirchner está convencida de que el rumbo del barco que estaba liderado por Guzmán llevaba al oficialismo a una derrota segura en las presidenciales del año que viene. ¿Hasta donde llegará la presión de la tenedora mayoritaria de las acciones del Gobierno?

En favor del reclamo K juegan algunos factores insoslayables. Acaso el primero y más palpable sea el incesante aumento de los precios que llevó la inflación a niveles que no se registraban desde hace décadas. También, las escuálidas reservas que cobija el Banco Central y la disparada del dólar.

Ese cuadro incompatible con las necesidades electorales del oficialismo impone al Gobierno un doble desafío. En primera instancia, definir el perfil del nuevo equipo económico para el que aparece un menú variado; el segundo, qué tipo de políticas aplicará para enfrentar una coyuntura muy compleja en la que se requiere un bálsamo que contribuya a aliviar el malhumor social.

 

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